La presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera, durante su visita a la Bonanova. | Consell de Mallorca

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La presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera, y el presidente del Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) y conseller insular de Derechos Sociales, Javier de Juan, han asistido este miércoles a las actividades organizadas en la residencia La Bonanova para celebrar el 39 aniversario de su entrada en funcionamiento y que está en pleno proceso de reorganización del modelo asistencial.

Según ha señalado la institución insular en una nota de prensa, el centro afronta la efeméride cambiando la atención hacia un modelo asistencial más individualizado y centrado en las necesidades específicas de cada persona.

Este nuevo modelo de prestación ha empezado a aplicarse en la novena planta de este centro gestionado por el IMAS, que ha retomado la actividad después de ser reformada.
Durante la visita, Cladera ha señalado que la modernización de la planta más alta de esta residencia es el primer paso para transformar La Bonanova en un centro sociosanitario de referencia a nivel estatal, que trabaje desde los principios del modelo de atención centrada en la persona y se organice con unidades de convivencia.

La presidenta del Consell de Mallorca ha resaltado que durante la pandemia se ha demostrado que este modelo tiene que ser el futuro organizativo de cualquier centro especializado de atención a las personas mayores, ofreciendo una atención individual de calidad, con un mayor grado de independencia y autonomía personal.

Según han apuntado, las unidades de convivencia proporcionan a las personas en situación de dependencia la oportunidad de vivir en espacios donde sus preferencias, la autonomía y sus derechos «estén en el centro del proceso de cuidados».

Las unidades están formadas por grupos reducidos de usuarios (entre 15 y 20), donde se trabaja siempre con el mismo personal, para conseguir una vinculación en todos los niveles, favoreciendo que se pueda conocer mejor a cada residente y garantizar que sigue con su «historia de vida».

Así, se fomenta que la persona no se mueva por el centro en función de su dependencia, sino que sea su hogar durante toda la estancia y vaya recibiendo más apoyos a medida que los necesite.

Javier de Juan, que ha aprovechado para agradecer a todo el personal de las residencias el esfuerzo hecho durante este último año para proteger las personas más vulnerables, ha explicado que el nuevo modelo entra dentro de la estrategia de cambio del modelo de atención a las personas mayores, centrado en la ampliación del Servicio de Atención Integral a Domicilio (SAID) y en la especialización de los centros residenciales para quienes necesite un nivel de cuidados más elevado.

La planta novena de La Bonanova puso en marcha este modelo aprovechando el cierre de Sa Riera y reubicando al personal contratado por el programa 'Covid' en este proyecto.

Las instalaciones han quedado divididas en dos áreas, con capacidad para hasta 17 plazas cada una. Ahora mismo, una está ocupada por 16 personas usuarias procedentes de otras plantas del centro, y la otra, con tres residentes, ha servido para ampliar el servicio de estancias temporales y mejorar la respuesta a las necesidades temporales y concretas de cada persona y su familia, a partir de la flexibilización y la ampliación de recursos.

TIPOS DE ESTANCIAS TEMPORALES
En concreto, se prevén cuatro tipos de estancias temporales: por descanso familiar, por convalecencia de la persona mayor, del familiar o de la persona cuidadora y por obras en el domicilio de la persona mayor.

Con una duración mínima de una semana y un máximo de dos meses (prorrogables un mes más), esta unidad espera atender en un año entre 150 y 200 estancias.

La rehabilitación de la novena planta de La Bonanova, ha destacado el presidente del IMAS, es el primer paso hacia una reforma progresiva e integral de la residencia, una de las más grandes del Estado, que tendrá continuidad con la reforma de la planta octava, que se encuentra en proceso de redacción.

La nueva configuración quiere hacer de cada una de las plantas de la residencia una zona independiente y totalmente equipada con todos los servicios y personal necesarios para procurar una atención individualizada.

En este sentido, las dos áreas de la planta novena disponen de 17 habitaciones individuales, que se pueden configurar en dobles en caso necesario (matrimonios, familiares, etc). Las 34 habitaciones disponen de una salida de oxígeno y de baño accesible, de forma que se adaptan a los diferentes perfiles y a las necesidades concretas de las personas dependientes.

Además, en cada unidad los usuarios disponen de zonas comunes de comedor, baños geriátricos, cuarto de estar y otra para recibir visitas de los familiares, así como un espacio destinado a fisioterapia y terapia ocupacional.