Margalida Servera en su despacho del IB-Salut. | Pere Bota

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Defiende el papel de los centros de salud como la puerta de entrada a la sanidad y reconoce que, debido a la pandemia, se ha dificultado el acceso. La subdirectora de Atención Primaria del IB-Salut, Margalida Servera, asegura que ésta es ahora su prioridad.

¿Hay que llamar siempre para acceder a un centro de salud ?

—Primero vamos a contextualizar. Estamos en una pandemia con una importancia que no se ha visto desde 1918, es una experiencia nueva para toda la sociedad. La situación cambia a diario y, efectivamente, decidimos que el primer contacto con el paciente fuera telefónico para evitar contagios. Todavía hay infecciones por COVID y se mantienen los dobles circuitos en los centros pero es verdad que cada vez hay más gente vacunada y la situación es cambiante. Mantenemos el sistema de las llamadas para resolver muchos problemas como es una medicación, con lo que la gente está encantada, pero en caso necesario el profesional te dice que vayas. La consulta telefónica ha sido muy nueva para nosotros aunque yo, por ejemplo, como médico de familia, ya la utilizaba para dar unos resultados o hacer un seguimiento. Ahora ha ido un poco más allá y hay que encontrar el equilibrio.

Si pueden pasar seis días para que respondan a una consulta telefónica, ¿cuántos pasan para ver al médico si es necesario?

—Nada. Las presenciales a veces son más sencillas que las telefónicas. Si llamas y te tiene que ver un médico será al día siguiente. Además trabajamos para que las llamadas tengan un tiempo máximo de respuesta, no puede ser que algunas se hagan en una semana vista, deben resolverse cómo máximo en 24 o 48 horas y hacía aquí vamos. Tenemos centros de salud con una demora importante y trabajamos uno a uno para mejorarlos pero también los hay que llaman al día siguiente, o el mismo día. La consulta por teléfono está aquí para quedarse porque los médicos no lo resuelven todo. En Primaria se trabaja en equipo y lo ideal es que los problemas los resuelvan los profesionales más adecuados.

¿Qué porcentaje de consultas se están haciendo por teléfono y cuántas son presenciales?

—Es variable en función del centro de salud. La media es de un 60 % presenciales y un 40 % telefónicas en las consultas de médicos, familia y pediatría. Y enfermería hace un 70 % de presencial en este momento, más o menos.

La gente critica que los centros de salud están vacíos.

—Es que en las salas de espera no puede acumularse gente ¿cómo controlar la afluencia? De cada vez se soltará más la cuerda a medida que mejora la situación. Los centros de salud eran los grandes desconocidos y ahora se pone de manifiesto nuestra riqueza, tenemos una resolución de más del 80 % de los problemas sanitarios. Además el perfil de pacientes ha cambiado, la gente vive más, sobrevive a enfermedades graves que se vuelven crónicas y son verdaderos retos porque cada uno es una receta diferente. Ahora la gente ha perdido el miedo y viene más.

¿Se han incrementado las urgencias de Primaria?

—Nosotros siempre hemos tenido muchas urgencias es un problema que hay que abordar: la accesibilidad. En sanidad falta mucho campo por desarrollar pero también la sociedad debe implicarse porque la salud es responsabilidad de todos. ¿Cuánta gente no ha pasado nunca por su médico de familia? Nosotros somos la puerta de entrada del sistema sanitario, no todo se arregla en el hospital.

Pero ahora es más difícil que te vea el médico.

—Es que estamos en una pandemia pero esto acabará. El sistema de llamada previa se quedará como una opción. Una vez la COVID se reduzca volveremos a lo de antes pero con más opciones. Lo que queremos es solucionar los problemas de salud de la gente con el profesional más adecuado.

Hay mucha movilidad de profesionales en los centros de salud.

—Viene de atrás. Estamos trabajando para consolidar plazas con oposiciones y dar estabilidad para que esto no pase.