Marta Rosique. | Jaume Morey

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Marta Rosique (Barcelona, 1996) es la diputada más joven del Congreso de los Diputados. Este martes participó en Can Alcover en una mesa redonda sobre el impacto de las enfermedades mentales en las capas más jóvenes de la población. Unas 30 personas acudieron al acto, la mayoría jóvenes.

¿Qué propone ERC en materia de salud mental juvenil?
— Siempre hemos defendido que se inviertan más recursos en salud mental pero, a la vez, somos muy conscientes de que no es una cuestión únicamente de recursos sanitarios sino de romper tabúes como el del suicidio; es muy grave que ésta sea la primera causa de muerte entre los jóvenes. Esto depende del modelo económico construido durante los últimos años. Las políticas tienen responsables concretos: el PP y el PSOE aprobaron reformas laborales, leyes que han causado el aumento de los precios de los alquileres, la Ley de Extranjería... Nosotros hacemos un análisis estructural en su conjunto.

¿Cual es su opinión acerca del panorama político balear?
— ERC está integrada en Més per Mallorca y gobernamos en Balears. En el Congreso de los Diputados, que es donde yo participo, nos damos cuenta de que no hay una visión sobre qué implica la insularidad. Me atrevería a decir que ni los diputados de los partidos nacionales que vienen de Mallorca reivindican la Isla, tienen muy poca voz. Esto hace que en las políticas no haya una priorización de Balears. Se demuestra a la hora de invertir recursos y, en este sentido, intentamos incidir en este tema.

¿De qué depende que Junts per Catalunya acepte formar parte de un Govern con ERC?
— Depende de su voluntad política, de que debemos ir de forma unida. Ellos se refugian sobre el papel que debe tener el Consell per la República. Creemos que el Consell tiene que ser el que lleve a cabo el ‘procés’ durante los próximos años, pero no puede ser que sea esto lo que esté encallando la situación. En otros momentos hemos sido capaces de ponernos de acuerdo. Casualmente, entonces, la Presidencia la tenían ellos, y ahora que por primera vez estamos hablando de una Presidencia de ERC, no es casual que pongan más problemas de los necesarios.

¿Tiene algún tipo de relación con los diputados de Vox?
— No tenemos ninguna relación: no hablamos, no interactúo, votamos siempre que ‘no’ a lo que proponen, e intentamos dejarlos fuera del marco parlamentario para demostrar que el fascismo no tiene cabida en las instituciones. Ellos intentan entrar en confrontación con nosotros, lo vemos en sus discursos e incluso en gritos que hacen en el hemiciclo. Pero no entramos en provocaciones.

¿Ha sido discriminada por su juventud en el Congreso?
— Sí, dentro del Congreso me encontré con una situación arquetípica de lo que le puede pasar a una diputada joven. Bajando a la tribuna un diputado conservador me llamó 'cachorrilla'.