Rosa Zúñiga mostró a los alumnos cómo desinfectarse las manos de forma correcta. | Pilar Pellicer

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La técnica del lavado de manos, la colocación del EPI, las mascarilla y la importancia de cambiar de guantes cada vez que se trate a un usuario positivo. Un equipo de sociosanitarias de la residencia Sa Riera, en Palma, aproximó a los alumnos de la Formación Profesional (FP) Atención a personas en situación de dependencia, del CIFP Son Llebre, cómo se desarrolla el trabajo en un centro dedicado solo a usuarios de la red asistencial positivos asintomáticos.

Durante la charla, las dos enfermeras y las dos auxiliares explicaron el motivo por el que se abrió la residencia, el perfil de usuarios y cómo protegerse (y proteger) a la hora de trabajar en zona COVID-19. «El alumno recibe este tipo de información con mucha curiosidad y creo que para ellos, que conozcan todo lo que nosotras vivimos, es un golpe de realidad», reconoce la coordinadora de la residencia Sa Riera, María José Muñoz.

Junto a las auxiliares Maria Antònia Castejón, Elis Gyultekinova y a la enfermera Rosa Zúñiga, recorren los centros educativos desde finales del año pasado. Sin embargo, hasta febrero no pudieron continuar con las formaciones debido al repute de casos de coronavirus. Al centro de Son Llebre es la segunda vez que acuden.

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Los estudiantes Aina y Miguel Ángel, durante la charla.

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Técnicas

Las sanitarias comenzaron sus intervenciones presentando en un vídeo la residencia, desconocida hasta ayer para estos alumnos de primer año.

Una vez explicaron el trabajo que desarrollan con las personas mayores positivas y el cuidado que deben de tener, procedieron a explicar el funcionamiento del Equipo de Protección Individual (EPI). El alumno Miguel Ángel fue el voluntario que se vistió con este traje blanco al completo: guantes, mascarilla FFP2 y la pantalla facial. «Todo lo que es el tema de seguridad y cómo aplicarse bien los trajes EPI me parece muy necesario para que, una vez acabemos la formación, lo llevemos a cabo en nuestro trabajo», opinó este alumno. Por su parte, su compañera Aina confesó que con este tipo de charlas «se aprende mucho y se puede aplicar en todos los aspectos de nuestra vida».

La residencia Sa Riera, que pertenece al IMAS, abrió el pasado 1 de octubre debido a la necesidad de atender a las personas vulnerables de las residencias así como de los domicilios. «En esos momentos, el pico era bastante alto y había que aliviar de alguna manera la carga asistencial en los hospitales», explica la coordinadora.