Begoña ha vuelto a la terapia convencida de su recuperación. | Pere Bota

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Ser mujer y adicta sigue siendo una condición estigmatizada por la sociedad. Sin embargo, cada vez son más las instituciones, entidades y asociaciones que apuestan por romper esta atribución, ya que esta problemática no solo las invisibiliza, sino que dificulta cono creces el acceso a un tratamiento.

La Comisión de Igualdad de Projecte Home, constituida en 2015, tiene el objetivo, precisamente, de velar por que todos los programas terapéuticos incluyan la perspectiva de género a fin de buscar la igualdad entre los usuarios. El equipo, compuesto por seis trabajadores de distintas áreas –desde administrativos hasta terapéuticos– trabaja a partir de un plan de igualdad con el que, de acuerdo con la coordinadora de esta iniciativa, Àngela González, «indentificamos las dificultades que se dan en el acceso de mujeres al tratamiento terapéutico, las cosas a tener en cuenta y apostar por la formación continuada de nuestra plantilla». Todo esto a fin de gestionar que las áreas integren la perspectiva de género, señala la también directora de la comunidad terapéutica de Casa Oberta, una comunidad que da respuesta a colectivos drogodependientes a través de objetivos intermedios.

El caso de Begoña

No es su primera vez pero está convencida de que será la última. Begoña, de 43 años, volvió a Projecte Home en julio de 2020, en medio de una pandemia –no solo por el coronavirus– de emociones personales. «Mi adicción es la cocaína y el alcohol. Llevaba muchos años bien, pero a raíz del asesinato de una amiga mía, y compañera de trabajo, empecé a desarrollar una serie de trastornos».

Este suceso ocurrió en 2016, y no sería hasta 2018 cuando ingresó en el proyecto Andana y luego en Casa Oberta. «Tras un año y pico, no acabé los programas y me fui. No estaba bien». Begoña explica las dificultades que ha tenido estos últimos dos años y cómo la soledad penetró por completo en su día a día: «Tras el asesinato de mi amiga, no he querido volver a ese pueblo. Aquí en Palma estoy sola, solo tengo el apoyo de un amigo que me ha ayudado en todo y es mi seguimiento», explica.

Durante estos siete meses de vuelta a la terapia, cuenta que se está encontrando muy bien y «con muchas ganas de tirar para adelante. Esta vez sí lo tengo que conseguir», se dice a sí misma. Sobre la dificultad de ser mujer y adicta, asegura que ahora todo está más normalizado, «pero hace 15 años, cuando empecé con la heroína, me sentía sola porque en estos programas solo éramos dos o tres mujeres».

Àngela González comenta que cada vez son más las mujeres que piden ayuda. Sin embargo, según los datos de 2020, en Projecte Home aproximadamente el 20 % de los usuarios son mujeres. «El consumo de una mujer suele ser mas alarmante en drogas no tan comunes como el alcohol. Aunque cada vez se va rompiendo el estigma y la vergüenza y llegan aquí más mujeres pidiendo ayuda».