David Carmona colabora con los comedores sociales Tardeo y Zaqueo. | Click

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David Carmona, nacido en Son Roca, Palma,es chef. Se le conoce como Chef de Roca por ser de dicha barriada.

Es, además, chef de Catering Mallorca y también de los restaurantes Mama Muu, de la Platja de Palma. Ahora, a causa de la pandemia, está en el paro. No hay caterings y de los restaurantes, solo hay uno abierto, y solo es para comidas para llevar, por lo que su vida ha cambiado notablemente a raíz de la llegada de aquella. «No solo porque mi sueldo se ha reducido a una tercera parte, sino también porque mi mujer, desde hace dos meses, está en el ERTE. Por cierto, que no ha cobrado todavía… Y porque la vida, y sino a la vista está, no es como antes para casi todos».

Entre los «casi todos» no incluye a los ricos y a los políticos, «a estos porque durante cuatro años no les faltará el sueldo a final de mes, y porque, si vienen mal dadas, como ahora, no lo verán reducido, ni tampoco se irán al paro. Y sobre todo porque su realidad nada tiene que ver con la de los demás, entre otras cosas porque apenas pisan la calle. Seguramente, si se acercaran a algún comedor social y vieran lo que se ve en sus colas, gente que hasta no hace mucho trabajaba y ahora no tiene ni para comer… Pues igual cambiaban. Mientras tanto…»

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Porque David puede hablar de los comedores sociales y de las colas que se forman en sus puertas, esperando a que les llegue el turno de recoger su bolsa o tupper de comida, pues cocina como voluntario en dos de ellos, Tardor y Zaqueo, y cuando se lo piden, colabora con Las Ovejas de Mica, dada la buena amistad que le une a Mica Cañellas, el fundador. «Según me han contado en uno y en otro -se refiere a los citados comedores sociales-, en unos meses de pandemia han pasado de los 200 servicios a los 800, y de los 50 a los 300. O puede que más, lo cual es muy significativo… ¿Que por qué cocino en esos sitios…? Pues porque mientras pueda hacerlo, lo haré. De por sí soy solidario, como otras muchas personas, y en estos momentos, que muchos no lo estamos pasando bien, debemos seguir siéndolo, incluso más, pues siempre hay alguien que lo está pasando peor».

En cuanto al futuro, David lo ve crudo. «Para que esto mejore tendría que haber vacunas para todos y muchos controles en puertos y aeropuertos, que son dos de los lugares por los que entra el virus. También más cuidado en las entradas de los colegios, en los que se ve una gran masificación de padres y niños. Y más solidaridad, es decir, menos botellones y fiestas clandestinas. Por otra parte, cuando se abran del todo los establecimientos otra vez, tampoco será como antes. Me refiero que si antes cobrabas tanto, ahora cobrarás menos, lo cual es comprensible, pues el empresario ha tenido que hacer frente a muchos pagos sin tener ingresos».

Y en lo que respecta a eso que se dice, que la restauración, hostelería, gimnasios y ocio nocturno son los principales focos de infección, «no estoy de acuerdo -dice-. Yo, como cocinero, y supongo que el resto también, he hecho el protocolo de la COVID para poder trabajar con seguridad. Durante el trabajo llevamos la mascarilla puesta, a veces a 50 grados de temperatura, todos los restaurantes, gimnasios, hoteles, teatros han adaptado las medidas que han dictado… Sin embargo, parece que el virus no existe en los autobuses, metros, trenes y grandes superficies, en los que la gente no guarda las distancias, sino todo lo contrario… Por eso creo que el gobierno, que es quién dice quién abre y quién no, no lo tiene muy claro. No se qué datos manejará, pero no son los adecuados. Por ello, el mayor número de personas que nos vemos afectados pertenecemos a estos sectores. Desde luego somos los que nos estamos llevando la peor parte».

Por último, hablamos de la gente menuda, de los hijos. «Por supuesto que a ellos también les afecta. Por ejemplo, no pueden ir a lugares que antes sí podían. En cuanto en casa, procuramos, creo que todos los padres lo hacemos, que no noten que la economía no es como la de antes».