Los feriantes llevan al TSJIB las nuevas restricciones contra la Fira del Ram

Denuncian que el viernes el Govern cambió las medidas al sector y les impide abrir este mes. | M. À. Cañellas

Gemma Marchena03/03/21 4:01
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La Asociación de Feriantes de Balears presentó este martes un escrito ante el Tribunal Superior de Justicia de les Illes Balears (TSJIB) para reclamar al Govern balear la suspensión de las nuevas restricciones aplicadas al sector. Tras publicarse el pasado sábado en el BOIB, ahora se les impide montar la nueva Fira del Ram desde el 29 de marzo hasta el 25 de abril. El objetivo de esta reclamación es que «el sector vuelva a tener las restricciones de mercados, lo que les permitiría montar la Fira del Ram en fase 3, en la que estamos ahora mismo», señala Alejandro Morey, abogado de la asociación.

El presidente de la patronal, Javier Barranco, advierte que durante todos estos meses han estado negociando con los departamentos de Salut y Comerç en el Govern para poder volver a operar en la fase 3. «Presentamos un plan en el que proponíamos un aforo del 75 por ciento en la Fira del Ram, con 3.000 personas como máximo, reduciendo un 50 por ciento el número de parcelas para colocar atracciones. Desde Salut nos dijeron hasta la semana pasada que era un buen plan, pero el viernes nos dieron plantón en la reunión convocada y el sábado leemos en el BOIB que en la fase 3 no podemos abrir», dice Barranco. En el caso de Menorca, deberán esperar a la fase 2.

«Al final, todos los sectores están desescalados menos el nuestro», denuncia Barranco, que cuenta que habían planeado agrupar las atracciones de tres en tres y con una gran distancia de separación entre ellas.

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Ruina

El sector ha presentado «las cautelarísimas» ayer por la tarde, ya que «hasta el viernes podíamos hacer la fira del Ram y ahora nos colocan en la misma regulación que verbenas, sopars a la fresca y otros eventos», dice Morey.

El abogado de la patronal advierte que «llevan un año sin trabajar y de esta situación solo saldrá vivo un 30 por ciento. Los empresarios están en la ruina y solo han podido trabajar en sa Ràpita y el Arenal de Llucmajor».