Noelia y David, junto a la pequeña Ariadna.

TW
22

Esta es una historia con final feliz. El pasado jueves 18 de febrero Noelia dio a luz a la pequeña Ariadna en el salón de su casa, sin ayuda de médicos y sin epidural. Esta vecina de Palma se puso de parto urgente y fue su marido, David Mingolla, el que tuvo que ejercer de matrona. «En vez de celebrar un nacimiento podríamos estar llorando», asegura la pareja.

Los padres denuncian la falta de atención del 061 durante el parto. Noelia estaba de 39 semanas y esperaba a su segunda hija, cuando la madrugada del 18 de febrero empezó con contracciones. Se había puesto de parto. En ese momento la pareja preparó todo lo necesario para desplazarse hasta el hospital, pero resultó imposible. Ariadna estaba a punto de nacer.

Sobre las ocho de la mañana Noelia no podía caminar y su marido llamó al 061 para pedir una ambulancia. Los efectivos de emergencias se negaron y les pidieron que acudiesen con su propio coche al hospital. David insistió en que su mujer ya estaba de parto y no había tiempo. «Sois unos exagerados», explica que les contestaron.

«Cuando colgué el teléfono la niña ya había empezado a salir, tenía la cabeza fuera», explica Mingolla. Después de que el 061 recibiera una llamada alertándoles de que estaba a punto de dar a luz en su propia casa, David tuvo que ejercer de médico improvisado. «Mi mujer no tenía epidudal ni nada, tuve que ayudarle como pude sin tener ningún tipo de preparación. Por suerte, no hubo complicaciones, pude sacar a la bebé y ponérsela encima a la madre», cuenta el padre.

Media hora más tarde, David volvió a llamar a los servicios de emergencias, esta vez para contar que la niña ya había nacido. «A los treinta minutos tenía dos ambulancias en la puerta y nos llevaron hacia el hospital. Esto no tendría que haber pasado, es una negligencia. En vez de celebrar un nacimiento podríamos estar llorando», afirma. Y añade: «Era una llamada urgente y no se me asistió, no me dieron ninguna otra opción que no fuese desplazarme con mi coche hasta el hospital. Si hubiese habido alguna complicación no hubiese sabido reaccionar».

Esa misma mañana, los padres y la recién nacida fueron trasladados en perfecto estado a una clínica palmesana. Una vez en el hospital, David cuenta que les llamó la doctora que les atendió por teléfono para disculparse y excusarse en que «la gente llama para tonterías». Por otra parte, la pareja también ha denunciado lo ocurrido al Defensor del Paciente, que ha abierto una investigación.