Ester Mendieta sostiene en brazos al pequeño Noah, concebido nada más decretarse el encierro por la pandemia. | M. JULIÀ

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El 13 de marzo, Pedro Sánchez declaraba el estado de alarma y ordenaba el confinamiento de la población para frenar un virus del que aún se sabía poco. Durante los dos meses de encierro, un buen puñado de parejas mallorquinas concibieron a sus hijos, que han nacido entre diciembre y enero.

Es el caso de Noah, nacido el 31 de diciembre. Su madre, la psicóloga Ester Mendieta, afirma que «el momento en el que me hice el test de embarazo y dio positivo no se me olvidará jamás». Eran días de salir a la ventana a aplaudir a las ocho de la tarde al personal sanitario y se colgaban carteles de arco iris con el mensaje ‘Todo saldrá bien’. En el caso de Mendieta, así fue.

Magdalena Julià, comadrona del centro de salud Es Safrà (Alcúdia) advierte que el caso de Mendieta no es aislado. «En las dos primeras semanas de abril hubo un repunte de primeras visitas de madres que acababan de saber que estaban embarazadas». Si en semanas normales recibía cinco primeras visitas, a principios de abril hubo un pico de hasta 17 nuevos embarazos semanales. «Hubo un baby boom cuyo parto estaba previsto para Navidad y enero. Pero ese baby boom fue breve», cuenta Julià.

La comadrona Magdalena Julià notó un alza de embarazos en abril.
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El encierro «animó a muchas parejas a ir a por el bebé. Aquí en Alcúdia hay un perfil muy marcado de trabajadores de la hostelería que por primera vez no empezaban a trabajar con la pretemporada turística. Hay muchos fijos-discontinuos que no estaban trabajando». Pero este repunte de la natalidad en la zona se vino abajo en seguida. «Ahora mismo les preocupa más la crisis económica que la sanitaria», cuenta la comadrona, que notó un incremento de embarazos de jóvenes de entre 18 y 25 años.

Mendieta se confinó en casa de sus suegros «ya que tenían jardín y patio». La llegada de Noah fue toda una sorpresa. «Llevábamos tiempo buscándolo y lo dejé durante una temporada tras un accidente. Volvimos a intentarlo con el encierro, pensando que llegaría en verano o en Navidades. Pero no: salió a la primera», cuenta la emocionada mamá.

Ella y su pareja, policía local, vivieron de lleno la pandemia y la recién estrenada mamá sufrió el virus pero, pese al susto, todo salió bien. Mendieta asegura que conoce a «más embarazadas confinadas». Lo único malo es que Noah nació cinco horas antes de que se alargara el permiso de paternidad a 16 semanas. Es el único pero de este embarazo encargado en pleno encierro.