Raquel Ribas durante el canto de la Sibil·la.

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El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, ha recordado a los 80.000 fallecidos en España por la covid-19 y a los 454 de Baleares, y ha realizado un reconocimiento agradecido a los sanitarios que han sido los «nuevos pastores» para los afectados, en la homilía de la misa de Navidad en la Catedral.

En esta Navidad, también marcada por la pandemia de la covid-19, el obispo ha dicho que hay que «vivirla de una manera diferente y no por ello menos verdadera», y ha animado a «reforzar los vínculos de amistad, de confianza, de hermandad, de solidaridad y de esperanza».

Ha mencionado el desconcierto que provoca esta enfermedad que no se acaba de erradicar, que reaparece con nuevos brotes y «el miedo y la incertidumbre que la acompañan», que impiden desplegar las actividades laborales y de ocio con la normalidad «para llevar una vida mínimamente equilibrada desde el punto de vista económico, profesional, familiar y emocional».

«Después de 9 meses de pandemia nos empezamos a sentir muy pobres de recursos porque no llegamos a conseguir la estabilidad deseada. Después de 9 meses de pandemia, no podemos olvidar y más durante estas fiestas, la memoria de las más de 80.000 personas de nuestro país que nos han dejado, más las 454 en nuestras Islas», ha asegurado Taltavull.

El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull

El obispo ha transmitido su afecto a las víctimas «y a sus familias que encuentran el vacío que han dejado en cada casa y en cada mesa de Navidad», y también hacia «los ancianos que se han ido en silencio, sin recibir el afecto familiar de los últimos momentos».

Pasados meses de pandemia, el obispo ha destacado que «sigue vivo el reconocimiento a los miles de médicos y médicas, enfermeros y enfermeras, a todo el personal sanitario, trabajadores y trabajadoras de los hospitales, clínicas, ambulancias y farmacias, todo el mundo relacionado con la medicina, la pastoral de la salud y del duelo ..., que no han dejado en ningún momento de estar en pie de obra y, en muchas ocasiones, haciendo más de lo que la profesión les obligaba».

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«La gratuidad, la empatía, el servicio hecho con todo el cariño y la misericordia han hecho que muchos enfermos y personas de edad y con discapacidad, confinadas en sus domicilios y en las residencias, encontraran a alguien que estaba por ellas y recibían el amor familiar que, debido a las restricciones de visitas, les faltaba», ha asegurado.

Ha alabado a «estos nuevos pastores de hoy» que han acudido a cada habitación, cada UCI, y cada lugar «donde se han hecho presentes con su atención profesional y calidad humana». «Gracias a todo esto, son incontables los que han sido atendidos y se han salvado», ha asegurado.

Taltavull ha animado a tener presentes en Navidad a todos los sanitarios que están trabajando en estas fiestas, atendiendo a los enfermos y a los familiares que atienden a los suyos. «Desde aquí y por ellos y ellas, enfermos y profesionales y familiares que estáis a su lado, todo nuestro reconocimiento agradecido y nuestra oración», ha proclamado.

Ha tenido también un recuerdo para transportistas y camioneros, que «como los pastores y los reyes magos», han repartido alimentos y lo más básico durante la pandemia, y en particular para los 3.000 transportistas retenidos entre Francia e Inglaterra, «impedidos de celebrar la Navidad en casa, con sus familias».

El obispo de Mallorca ha reconocido y agradecido la dedicación de quienes rigen y de las autoridades sanitarias, a quienes ha recordado que cuentan con la colaboración de la Iglesia.
«Lo importante es que todos pongamos de nuestra parte, asumiendo cada uno la propia responsabilidad, para conservar bien estas reservas de bien que tiene cada pueblo y tenemos cada uno y que, sobre todo convertimos en este tiempo de incertidumbre que vivimos en una nueva oportunidad para reforzar los vínculos de amistad, de confianza, de hermandad, de solidaridad y de esperanza», ha concluido.

La Catedral de Mallorca ha acogido esta tarde la tradicional misa de Navidad, precedida por el canto medieval de la Sibil·la. Este año ha sido antes, por las restricciones de la pandemia.