Joseba Achotegui.

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Joseba Achotegui es psiquiatra y profesor de la Universidad de Barcelona. Ha dedicado buena parte de su labor de investigación a abordar las consecuencias psicológicas de las migraciones. Describe como ‘síndrome de Ulises’ el conjunto de síntomas mentales que padece una persona expuesta a una situación extrema al cambiar de país, más allá de lo que se conoce como ‘duelo migratorio’. Esta semana ha participado en las jornadas formativas Marhaba organizadas desde Palma para formar a profesionales que intervienen con infancia y adolescencia migrante no acompañada.

¿El ‘sindrome de Ulises’ es una situación que se da en todos los migrantes?
— Hay unos procesos psicológicos comunes que llamamos duelo migratorio. El síndrome de Ulises es vivirlo en circunstancias extremas. Es el que llega en la patera, el indocumentado, el perseguido. No es quien lleva una vida normal, hablamos del que llega en una situación extrema.

¿Encajan ahí los migrantes que llegan en pateras a Baleares?
— En patera llega solo una parte. La patera es el símbolo, pero la inmensa mayoría de los indocumentados acceden por otras vías y no están excluidos de ese cuadro: es una situación extrema de miedo. En Balears, por ejemplo, sólo el uno por ciento de los migrantes sin documentos han llegado en patera y también son ulises.

¿Qué lo provoca y en qué consiste ese síndrome?
— Las causas son la soledad, el miedo, la exclusión. Los síntomas son insomnio, tristeza. No es una enfermedad psiquiátrica, es un cuadro extremo.

¿La pademia afecta de alguna manera especial a los inmigrantes?
— Estamos viendo que lo están pasando muy mal. Por ejemplo, los emigrantes están en los puestos más peligrosos, más expuestos a la COVID-19, como la agricultura intensiva y otros trabajos que provocan mucha acumulación de personas. Han tenido más exposición. Luego, los niños han perdido prácticamente la escolaridad, los desequilibrios han aumentado. La distancia social dificulta la integración de los inmigrantes, ya casi no hablan con ningún autóctono.

¿Las administraciones en España trabajan para paliar estas situaciones?
— Se intentan hacer cosas y hay organizaciones que trabajan. Evidentemente falta mucho, pero España es un país en el que se han intentado hacer cosas. Hay un problema muy de fondo: todo el mundo está de acuerdo en que necesitamos inmigrantes pero las fronteras están cerradas y se genera un sufrimiento tan grande. La mayoría de los inmigrantes indocumentados que llega se queda porque son necesarios.

Entonces, ¿cómo se debe abordar la migración?
— Es un derecho de las personas, que se tiene que regular, pero no se puede prohibir. el que tiene dinero no tiene ningún problema. Es un problema de dinero, no de derechos.