El reparto a domicilio se ha disparado con la llegada de la pandemia. | Jaume Morey

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La semana pasada un mensaje inusual llegó a un repartidor de Glovo: «Queremos una tarta de tres chocolate. Nos tendríamos que estar casando hoy pero estamos confinados. Muchas gracias». El reparto a domicilio se ha hecho fuerte en estos tiempos de pandemia y ya no supone solo un acto de comodidad. Son muchos los que están confinados, ya sea porque están a la espera de los resultados de PCR o porque están enfermos de coronavirus. En el momento en el que no pueden cruzar las puertas de su casa, los servicios de mensajería y de reparto a domicilio suponen un aliado indiscutible y esta modalidad de negocio se va ampliando.

«En estos últimos meses han subido muchísimo los pedidos. Los clientes no se quieren mover de casa», cuenta uno de los 20 repartidores de Glovo de Palma. Entre aquellos que no salen a la calle están los confinados: «Ahora hemos empezado a repartir juguetes y videojuegos», revela uno de estos riders.

En las mochilas de estos repartidores no solo hay comida para llevar a domicilio, aunque sigue siendo una parte importante del negocio. De hecho, en la página web de Glovo surge la opción del servicio ‘Lo que sea’: cualquier cosa que pida el cliente se le puede llevar a casa.

Informática

«Nos piden muchas cosas de informática. Pueden ser tablets, accesorios de iPhone, teléfonos móviles e incluso una vez tuve que comprar y llevar a su domicilio un ordenador portátil», recuerda una de estas repartidoras.

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Eso sí, Glovo no es la única empresa que lleva a cabo este servicio a confinados y están trabajando en ello empresas de mensajería como Seur, MRW, Correos y demás. Paquetes exprés y compras a domicilio son otras de las nuevas demandas de los confinados y los supermercados han reforzado sus servicios para atender esta nueva demanda.

«Mucha gente que está en cuarentena nos deja notas agradeciendo nuestro servicio. Otros nos avisan con antelación para que dejemos las entrega en el ascensor o ante la puerta y ni les vemos. Entonces sabemos que están contagiados», cuenta María, una de los repartidoras.

Además de domicilios, los riders de las diferentes empresas cuentan que también están llevando pedidos al hotel COVID o a clínicas y hospitales.

«Algunos compañeros tienen miedo pero respetando las normas sanitarias, no pasa nada», revela otro de los repartidores, que cuenta que no entregan medicamentos, «salvo que sean en bolsas cerradas preparadas por las farmacias». ‘Lo que sea’ se ha convertido en la salvación de los confinados.

El ‘take away’, el 20% de facturación

La pandemia ha cambiado las reglas del juego y muchos bares y restaurantes se han pasado al servicio a domicilio para seguir abiertos. Los restauradores calculan que el ‘take away’ puede suponer hasta el 20 por ciento de la facturación, aunque algunos locales suben su cuota de negocio hasta dedicarse solo a este sistema.