Proceso de montaje de los autobuses eléctricos destinados a Mallorca, en las instalaciones de la fábrica Caetano, en Vila Nova de Gaia, cerca de Oporto (Portugal). De la flota de autobuses con propulsión sostenible que funcionarán en la Isla, 18 serán eléctricos: 9 al 100 % y 9 con el sistema híbrido.

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A partir del próximo 1 de enero, el transporte público por carretera de Mallorca (integrado en Transports de les Illes Balears, TIB) va a experimentar una de las mayores transformaciones de su historia. Tal vez el usuario no note grandes cambios, pero la verdad es que de una flota totalmente renovada de más de 200 autobuses, el 97 % no utilizará combustible diésel, sino que recurrirá a una alimentación de energía alternativa y sostenible: gas natural comprimido, electricidad o sistemas híbridos electricidad-gas natural y electricidad-diesel.

Jaume Mateu, director general de Mobilitat i Transport Terrestre, explica que «llevamos cuatro años preparando las nuevas concesiones del transporte público por carretera. En 2019 finalizaba la mayoría de los contratos vigentes y nuestra intención era que todos ellos acabasen el 31 de diciembre de ese año para empezar de cero. Sin embargo, los recursos de algunas empresas aspirantes y las dificultades impuestas por la pandemia retrasaron la previsión de inicio hasta el 8 de noviembre de 2020 y, finalmente, hasta el 1 de enero de 2021, que no deja de ser una fecha más redonda. Hasta entonces, ha sido posible funcionar mediante prórrogas».

Las nuevas concesiones implican un nuevo modelo: más intervencionismo del Govern, más frecuencias (un 50 % más), otro modo de gestión y otra tipología de los vehículos, con una flota renovada, además de un cambio tarifario con tarjetas monedero que premiará a los usuarios más fieles.

No obstante, una de las novedades importantes es la apuesta por una flota de vehículos sostenible por la determinación en ese sentido de la propia dirección general y en cumplimiento de la Llei de Canvi Climàtic. El objetivo concreto es doble: retirar el diésel y establecer el máximo posible de movilidad eléctrica.

Según Jaume Mateu, «un 100 % de movilidad eléctrica no ha sido posible porque, en algunas líneas de largo recorrido, la autonomía de los vehículos no resulta suficiente y porque, en autobuses grandes y pesados para el tráfico interurbano, no hay tanta oferta por parte de los fabricantes. Al no poder conseguir un 100 % de movilidad eléctrica, la alternativa es el gas natural, una solución más sencilla como energía de transición a otras, como por ejemplo el hidrógeno».

La dirección general ha llegado a un acuerdo con la empresa Redexis para canalizar el gas natural hasta las futuras bases de operación de la flota. Habrá seis puntos para repostar gas natural en Alcúdia, Inca, Felanitx, Artà, Palma y Calvià. Mientras, el Govern, a través del Impost de Turisme Sostenible, ha instalado puntos de carga eléctrica para que los vehículos que funcionen con este tipo de energía puedan hacerlo al 100 % en sus trayectos urbanos y con el sistema híbrido en sus trayectos interurbanos. En estos puntos, serán suficientes 5-10 minutos de carga rápida que no ponen la batería al 100 %, pero son suficientes para cubrir el servicio.

Variedad

Así, de los 223 autobuses nuevos, 198 funcionarán con gas natural, 18 serán eléctricos (9 al 100 % y los 9 restantes con el sistema híbrido) y 7 seguirán con el diésel. Las líneas Alcúdia-can Picafort y Alcúdia-Alcanada serán cubiertas por vehículos 100 % eléctricos durante el verano. Las líneas Costa dels Pins-Portocristo y Santa Ponça-cas Català serán cubiertas por vehículos híbridos electricidad-diésel, mientras que de las líneas cala Rajada-Font de sa Cala y cala d’Or-cala Mondragó se encargarán autobuses híbridos electricidad-gas natural. Habrá más autobuses de gran capacidad, de 15 metros con tres ejes y de 18 metros de tipo articulado. Todos ellos ofrecerán un total de 17.813 plazas. En una amplia variedad de plazas disponibles, los extremos son un microbús de 14 y un vehículo de 18 metros con capacidad para 113 personas.

El director general destaca que «con los autobuses de gas natural, se reducen un 29 % las emisiones de dióxido de carbono, el óxido de nitrógeno disminuye un 40 % y el óxido de azufre lo hace en un 100 %. Y no hay emisión de partículas. En los vehículos híbridos, se consume entre un 8 y un 10 % menos de combustible en zona urbana. Y con los autobuses 100 % eléctricos no hay ninguna emisión».

Contratos

Las concesiones se han reducido de 18 a 3, que cubren las zonas de Ponent, el Nord-Raiguer y el Llevant-Migjorn. Los municipios del Pla se reparten entre las dos últimas. Los contratos son por diez años, prorrogables por otros cinco. Las concesionarias pagan 479 millones de euros por esos primeros diez años y cobrarán un precio por kilómetro realizado que liquidarán cada mes con el Govern.

Las concesionarias se hacen cargo de la adquisición de los vehículos, los costes salariales, las infraestructuras, el combustible y el mantenimiento de los autobuses, aunque no al 100 %. Como es de suponer, aunque hay líneas turísticas que tienen una rentabilidad positiva, el servicio en general es deficitario y ese déficit lo asume el Govern, que decide el precio del billete.

Jaume Mateu señala que «el precio por kilómetro pagado a las empresas será bonificado si superan un lindar establecido de demanda y serán penalizado si no lo alcanzan. Además, a las empresas les hemos impuesto condiciones de comodidad y confort en los vehículos; aplicando la normativa del Govern, cláusulas laborales y sociales; y accesibilidad para las personas con movilidad reducida. Evidentemente, todos estos vehículos estarán dotados de nuevas tecnologías que harán más segura la conducción: sensores de detección de peatones y ciclistas, sensores detectores de cambio de carril, detectores de fatiga en el conductor e incluso habrá un sistema que no permitrá al conductor arrancar el vehículo si ha consumido alcohol».

Ya hay cinco líneas que funcionan con las nuevas concesiones: tres con gas natural, Palma-Sant Agustí, Palma-Galilea y Palma-Bunyola (ahora repostan en la central de cas Tresorer, en Palma), y dos con diésel, Palma-Hospital Joan March y Pòrtol-estación de tren de Marratxí.

Las líneas que seguirán siendo diésel durante todo el año serán las siguientes: Fornalutx-Sóller, Ariany-Maria-Sineu, Sant Joan-Sineu, Sant Joan-Petra y Lloret-Sineu. Durante el invierno, también serán diésel las líneas Son Carrió-Manacor, Cales de Mallorca-Manacor, Colònia de Sant Pere-Artà , Pollença-Cala Sant Vicenç-Port de Pollença y Son Serra-Can Picafort.