El término supercontagiador también se utiliza para los lugares más propios al contagio, se trata de espacios cerrados en los que se puede acumular gente; restringir su ocupación puede ser más efectivo que limitar movimientos. | Pere Bota

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Un estudio del Centro de Modelización Matemática de Enfermedades Infecciosas del Reino Unido determina que un 10 % de los contagiados contribuye al 80 % de las transmisiones. Se les conoce como supercontagiadores y son capaces de infectar a muchas personas en poco tiempo. El problema, sin embargo es la dificultad de localizarlos, pues son casos que se conocen a posterior gracias al rastreo.

Un buen ejemplo de cómo funcionan fue el primer paciente de COVID-19 detectado en Baleares. El portavoz del comité de enfermedades infecciosas, Javier Arranz, recuerda al británico que ingresó el 8 de febrero con síntomas en Son Espases. «Él no infectó a nadie de su familia, sin embargo venía de un viaje -estuvo en una estación de esquí francesa- en el que se contagiaron un montón de personas».

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El experto asegura que la forma de contagio por el virus SARS-CoV-2 «no es matemática». Si bien se habla de una media para explicar que cada positivo contagia a 2,5 personas, sólo se trata de eso, de una media, porque «hay casos que no contagian a nadie y los hay que pueden infectar a diez», aclara. «Estamos viendo cómo cada vez más hay situaciones, llamados eventos de riesgo, donde hay una sola persona que contagia mucho en un lugar cerrado, no aireado, en una cena con amigos...». De ahí que el término supercontagiador se haya extendido más allá de las personas y ahora también se refiera a lugares.

Hay sitios donde es más fácil que se produzcan contagios. De hecho el 10 de noviembre la revista Nature publicaba un artículo que utilizaba esta denominación observando que la gran mayoría de infecciones se producían en puntos calientes y asegurando que restringir la ocupación máxima en estos lugares era más eficaz que reducir la movilidad.

En cualquier caso, hay mucho factores que influyen en los contagios. «Un superdiseminador probablemente tiene una gran carga viral dentro de su faringe, por tanto elimina muchos virus cuando habla, respira, canta o grita, y contagia a mucha gente, pero al mismo tiempo quien recibe el virus puede tener un sistema inmunitario muy bueno y no se infecta», añade Arranz.