Antonio de Lacy, con Carme Dameto, de Son Termes.

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El reputado cirujano palmesano Antonio de Lacy, que recibió este miércoles el Siurell de Plata a la iniciativa científica, tiene «manos que salvan vidas», tal como expresó la presentadora de la gala cuando le dio la bienvenida al estrado.

En las palabras que el doctor De Lacy dedicó al público presente en la gala –físicamente en el Aljub de Es Baluard y también a través de la emisión en streaming del acto– quiso recordar lo que ha sido su vida y dar las gracias, sobre todo, a Mallorca. «Yo vivo fuera de la Isla desde que tengo 17 años y estoy orgulloso de ser mallorquín –explicó–, en Barcelona me dicen que ejerzo de ser mallorquín».

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De Lacy quiso recordar a quienes han hecho posible sus numerosos éxitos en el campo de la medicina. «He tenido el impulso de mis padres, que me ayudaron a viajar a Estados Unidos siendo muy joven, donde me di cuenta de que el mundo era muy diferente de aquella sociedad terrible que teníamos aquí en el 75, que por suerte ha cambiado mucho. Doy gracias por haber podido irme a Barcelona, al Hospital Clínico y a los muchos amigos que me han ayudado a lo largo y ancho del mundo, porque esto no es una labor individual. Tengo amigos que se han portado conmigo maravillosamente y me han animado a seguir en los momentos en los que he tenido ganas de parar».

Finalmente, tuvo palabras de agradecimiento para Ultima Hora, «que era el periódico que teníamos en casa». Y recordó a Pere A. Serra, «un modelo a seguir». El doctor recordar la lucha contra la violencia machista y también homenajeó a su esposa, Catalina Oliver, fallecida en 2018.