Los socios del agroturismo, con Trudi, uno más de la familia. Acogieron al cerdo hace más de siete años y Miriam asegura que es el más fotogénico y dócil de sus otros hermanos. | Pere Bota

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«Tengo 53 años y el veganismo que conozco es el que aprendí aquí en Baleares». Solo hace tres años que Susana Silva es vegana de forma consciente. Este tipo de personas –«los más radicales»– se encuentran en el fondo de un iceberg que, en los últimos años, ha acaparado la atención de la industria a nivel mundial. «Pocos jóvene,s que empiezan a conocer el veganismo, van más allá del eslogan», dice esta catalana, afincada en Mallorca desde hace 32 años y administradora de la página de Facebook Todos los animales somos personas.

La raíz de esta teoría parte de una base moral: no a la explotación animal y sí a su abolición y al reconocimiento de sus derechos. Los activistas de este pensamiento, o doctrina, reivindican equiparar a los animales sintientes como personas. Asumen una vida sin el consumo de producto de origen animal, que no solo se reduce a una dieta, sino a todo un abanico: textil, cosmético, gastronómico, cultural o empresarial. Bienvenidos a la era vegana.

Susana Silva, cuando probó, por primera vez, la famosa Beyond Meat Burger, que es vegana.

Concepto

Si bien el auge del veganismo es más evidente en los últimos años, y que tras esta explosión ha ocasionado una industria propia, no hablamos de esta palabra como tal hasta mediados del siglo XX con la idea de diferenciarse del vegetarianismo (un régimen alimentario, que no un pensamiento, basado en vegetales pero incluye derivados animales como la leche, los huevos y la miel).

El británico Donald Watson, conocido como el padre del veganismo, fue uno de los fundadores de la Vegan Society (Sociedad Vegana), en 1944; hoy en día uno de los organismos más reputados a nivel mundial sobre este pensamiento. Desde hace más de 50 años, se conmemora a nivel mundial el Día del Veganismo cada 1 de noviembre.

Mallorca y el ‘veggie’

No es de extrañar que Mallorca sea una de las principales regiones nacionales de los veggie (que engloba el vegano, vegetariano y flexitariano, que son los vegetarianos a tiempo parcial) si resulta que en esta Isla está el primer hotel vegano de Europa. El universo de Miriam Spann y Jens Smitt, originarios de Alemania, abre una puerta a nuevos horizontes sin consumo animal. Fundaron Villa Vegana en un modesto espacio en 2013. En 2017 se mudaron a una finca situada a pocos kilómetros de Selva. Comparten sus amplios terrenos con dos perros y cuatro cerdos vietnamitas, ‘Trudi’, ‘Marshall’, ‘Tyson’ y ‘Matilda’.

villa veganaFOTO: BOTA
Miriam Spann y Jens Smitt fundaron Villa Vegana en 2013 y es considera el primer hotel vegano de Europa.

Miriam se adentró en el veganismo en 2012. La muerte de su hija, cuando ésta tenía ocho años, le derivó a una pesadilla con una vaca «en la que le arrebataban a su cría. Ese dolor yo también lo he sentido». La imagen de este agroturismo comienza por su causa contra la explotación animal y, de forma colateral, acaba en una alimentación 100 % vegetal y equilibrada. De hecho, la Villa tiene uno de los restaurantes veganos más renombrados de Mallorca.

El concepto crece

Un cambio de tendencia social y económica ha hecho reflexionar sobre el consumo cárnico a nivel mundial, la industria más condenada por los veganos. Según la encuesta reciente de Latern, un 10 % de la población nacional se declara ‘veggie’. Y en concreto, un 1,5 % vegana. «Pero los datos de mercado nos dicen que este cambio en la alimentación ha crecido un 27 % con respecto a 2019», asegura David Lacasa, socio de esta consultora. El producto cárnico está sufriendo una caída del 5 % a nivel mundial. Es un dato que Lacasa destaca de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Pese a esta inclinación, el veganismo no habla de alimentación, de salud o de bienestar. La propuesta principal está puesta en la no explotación animal en ninguno de los sentidos. «¿Pero qué sucede? Que, a partir de este movimiento se dan bienes colaterales que, casualmente, aportan muchos beneficios para nuestra salud», añade la activista Susana Silva.

Aquí entraría el papel de la pirámide 100 % vegetal. Cristina Sebastián, naturópata vegana y autora del libro El Vegano Novato asegura que «las mayores autoridades nutricionales del mundo, como la Academia Americana de Nutrición y Dietética, han declarado que la dieta vegana equilibrada es saludable para todas las etapas de la vida». Cristina conectó con esta filosofía hace ya 14 años. Reitera que el ser vegano no es sinónimo de dieta equilibrada, sino de una dieta 100 % vegetal «y muchas veces vemos veganos que no se preocupan por su dieta y pueden sufrir en la salud».

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Cristina Sebastián, en Palma, con su libro ‘El vegano novato’.

Escribió el libro por la necesidad de informar a la población sobre este concepto y cómo conseguir, sin el consumo animal, todos los nutrientes que necesita el cuerpo para una vida saludable. La especialista responde así a las principales cuestiones: ¿Cómo de complicado es ser vegano?, ¿Cuánto cuesta, si las marcas se aprovechan de esta moda con los conocidos productos sustitutivos? Por una parte, afirma que ser vegano «es demencialmente fácil y barato», ya que dice que los vegetales presentan todas las variedades nutricionales. Por otra parte, lamenta que, pese a demostrarse que esta dieta es más saludable, «las industrias cárnica y láctea tienen detrás muchos lobbies que influyen en las decisiones que toman las autoridades sanitarias».

El sistema vegano

El último escalón de esta corriente cierra el círculo perfecto de la era vegana. Hablamos de la industria libre de animal, desde hoteles, restaurantes al sector cultural. Por ejemplo, en España hay cerca de 1.800 locales gastronómicos cuya base principal es la vegetal. En Mallorca, Sandra Gallego regenta Sabores de Sandra desde 2018, uno de los pocos restaurantes 100% veganos en la Isla. Su denuncia es clara: «La hambruna mundial es culpa de la industria ganadera. Tenemos que cambiar nuestra mentalidad», sostiene. De origen argentino pero residente en Mallorca desde hace años, considera que el veganismo está llegando lento a Mallorca y falta que se consolide entre los residentes. «La mayoría de mis clientes son extranjeros». Otro aspecto que destaca es que, tras la crisis actual estos negocios, precisamente, son los más vulnerables. De hecho, LoVegano, el primer supermercado vegano en Balears, tuvo que cerrar sus puertas recientemente.

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Sandra Gallego en su restaurante Sabores de Sandra.

El negocio vegano es aquel regentado por un activista. Por eso esta tendencia acoge otros sectores como la moda, la música e incluso el arte. Roger Olmos es uno de los primeros ilustradores veganos del país. Sus dibujos hablan por sí solos, y pretenden ser una herramienta de divulgación para mostrar, a través de animales y figuras infantiles, lo que significa este movimiento. «Mis ilustraciones reivindican los derechos de los animales y el no abusar de otras especies». Su obra ha llegado en varias ocasiones a Mallorca y a países europeos. «Me di cuenta de que mi mensaje puede llegar a un público infantil sin contenido violentos», detalla.

Las redes sociales convierten una postura ética en la nueva moda saludable. La era vegana está aquí pero, ¿de qué forma?.