a empresa gestionará una parte y alquilará el resto a marcas de decoración

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El Grupo Cappuccino ha tramitado el cambio de uso del edificio de La Protectora con la idea de convertirlo en locales comerciales, aunque aún no hay una fecha definida. La idea es «darle vida a la calle, algo que será muy bueno para la ciudad», señalan fuentes cercanas al proyecto. Hasta ahora estaba destinado a uso sociocultural, pero ha sido modificado y aprobado para uso comercial en la gerencia de Urbanisme del Ajuntament de Palma celebrada la semana pasada.

El objetivo del Grupo Cappuccino es devolver a La Protectora a su estado original. La idea es derribar el interior y dejar el edificio con dos plantas y con una gran altura de techos, tal y como se hizo en el momento de su inauguración, hace 130 años. Los impulsores de proyecto tienen en cuenta la estratégica situación del inmueble, enclavado entre la calle Sant Feliu y Jaume III.

Superficie

El Grupo Cappuccino gestionará una parte del edificio, que cuenta con una superficie construida de 2.700 metros cuadrados, distribuidos en una planta baja, dos alturas y un desván con terraza. El resto del inmueble se alquilará a terceros.

Tras su remodelación, La Protectora se dedicará por completo a uso comercial y contará con tres o cuatro locales de gran tamaño. En ellos «se podrán instalar marcas que precisen muchos menos cuadrados, posiblemente del sector de la decoración y el hogar». Se descarta, asimismo, la apertura de una nueva cafetería Cappuccino en La Protectora. La empresa mallorquina está pendiente del Ajuntament de Palma para obtener la licencia de obras y los trabajos de rehabilitación empezarán en cuanto sea posible. El uso residencial no se baraja en ningún caso, ya que el Ajuntament no lo permite.

Protección

Este uso comercial del que se le ha dotado es compatible con la conservación del edificio, declarado como Bien de Interés Cultural (BIC). Por este motivo, el proyecto deberá pasar por la comisión de Patrimonio del Consell de Mallorca.

A finales de 2016, el grupo mallorquín Cappuccino compró el edificio La Protectora a la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), conocido como el ‘banco malo’. El edificio de La Protectora lleva más de una década cerrado a cal y canto. Este inmueble fue reformado en 1928 por Gaspar Bennàssar, arquitecto municipal. Tras la Guerra Civil, se prohibieron los carnavales y muchas celebraciones, por lo que el caracter festivo de La Protectora se apagó.

Allí se instaló durante muchos años un centro de expedición del DNI. En los 40, su salón-teatro se convirtió en cine y en 1966 pasó a llamarse Cine Jaime III. Después acogió películas de categoría S. En 1993 se disolvió la sociedad de La Protectora y se convirtió en gimnasio, el restaurante El Club y una pista de squash hasta su cierre.

Sede de una sociedad de socorro mutuo

El edificio de La Protectora era la sede de una sociedad de socorros mutuos creada en 1869 que contó con 16.500 socios. Se trataba de una suerte de Seguridad Social con médicos de familia, especialistas y practicantes que atendían en el consultorio médico del local. Además de atender la salud de sus socios, La Protectora organizaba bailes, excursiones, conciertos de su orfeón, obras teatrales y proyecciones de cine.