Representantes del IMAS, del tercer sector y familias adoptivas, el martes en La Misericòrdia, en la constitución de la comisión.

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El Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS) recupera la Comisión de Familias Adoptivas de Mallorca tras 18 años de inactividad. Con motivo de la Semana de la Infancia, que arrancó este lunes, diversas familias y representantes de la institución insular volvieron a constituir este martes este comité que tiene como objetivo «crear un espacio de participación real y efectivo donde la administración pública, las entidades del tercer sector y los jóvenes y familias puedan colaborar para mejorar los procesos de adopción y decidir en políticas sociales», asegura la directora de Menores y Familia del IMAS, María Ángeles Fernández, a este medio.

La comisión está formada por 13 miembros, entre representantes institucionales y familias de distintas entidades. En este espacio tratarán temas que ayuden a modificar los procedimientos de las adopción o bien revisarlos a fin de mejorar el servicio, explica Fernández.

La adopción

Neus y su pareja, quienes prefieren reservar su datos personales, son padres de Salvador, un niño que llegó a sus vidas cuando tenía tres años y medio, hace ya unos diez años. Decidieron adoptar porque querían ser padres y por otras vías no funcionó. «El proceso fue muy rápido», dice.

Neus explica que su hijo «no tiene nada que ver con el niño que adoptamos. Hoy, Salvador, es un menor feliz, contento y muy consciente de su pasado». Esta madre, en consonancia, destaca que «es muy importante que puedan saber sus raíces. Salvador supo desde el primer momento que es adoptado. Pero hay que saber cómo decirlo y con qué palabras». Sobre la decisión de adoptar, Neus aconseja que «la pareja esté muy segura de dar este paso y asumir todas las cosas», porque, dice, «no es lo mismo un menor que acaba de nacer y no sabes cómo será que otro que viene con una mochila llena».

Este último caso lo saben bien Rebecca Hernández y su mujer con su hijo. Revolucionó sus vidas hace dos años y hoy, con seis años, Rebecca asegura que es «uno de los niños más alegres que conozco y da alegría donde va», dentro de sus carencias como menor con necesidades especiales. El matrimonio conoció a su hijo a través del programa Esperanza. Ahora mismo, esta familia se encuentra en el programa de acogida con finalidad de adopción.

Actualmente hay 11 solicitudes nuevas de adopción nacional y 13 familias acaban de finalizar el proceso. A nivel internacional, de los 19 procesos a la espera de adoptar desde 2019, tres familias acaban de ser preasignadas pero que por la COVID-19 no han podido viajar al país del futuro hijo.