El juicio se celebró en la Audiencia Provincial. | Alejandro Sepúlveda

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La Audiencia absolvió este miércoles a un matrimonio chino al que se reclamaba una condena de cuatro años de prisión por estafa en un peculiar juicio en el que la denunciante fue incapaz de concretar cómo había perdido los 120.000 euros que reclamaba a la pareja; la mujer es su hermana. La denuncia ya se había ventilado antes en los tribunales chinos donde el matrimonio también había sido absuelto.

La denunciante relataba cómo se había visto privada de una tienda que explotaba en Pere Garau durante un viaje a China con su exmarido. Según la calificación provisional de la Fiscalía, esta mujer explotaba el comercio en el año 2014 y había invertido en la tienda con su marido un total de 242.235 euros entre el traspaso y la compra de mercancías en su país de origen. De acuerdo con su versión, se trataba de un negocio de una tremenda rentabilidad con el que ganaba 5.000 euros diarios y con un coste de alquiler que no llegaba a los 2.000 mensuales. A finales de 2014 se marchó a China con el que entonces era su marido, que también estaba acusado en el juicio pero que no pudo ser juzgado al padecer una grave incapacidad.

La denunciante intentó explicar que su marido se divorció de ella y, a sus espaldas, pactó el traspaso del negocio al matrimonio acusado. Se repartieron el dinero y ella perdió los 120.000 euros que había invertido. Ese interrogatorio derivó en una complicada explicación, dificultada además por la intervención de la intérprete de chino en la Audiencia. La testigo no fue capaz de aclarar qué cantidades exactas le habían sido sustraídas.

La fiscal entendió que no quedaban acreditados los delitos que se había denunciado y, tras varias horas de juicio, decidió retirar la acusación. Como consecuencia, el tribunal absolvió a los dos acusados sin más trámite. Queda el tercer encausado, el exmarido: sólo si en algún momento recupera la salud volverá a comparecer en la Audiencia para ser juzgado.