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La prostitución mueve en Baleares un negocio ilícito de más de 70 millones de euros al año; alrededor de 90.000 hombres pagan cada año para prostituir a mujeres; y, en 2020, hay unas 2.350 mujeres en situación de prostitución. Son solo algunas de las cifras que arroja el informe Estudi sobre la prostitució, la tracta i l’explotació sexual a les Illes Balears encargado por el Institut Balear de la Dona y elaborado por un equipo multidisciplinario dirigido por la Universitat de les Illes Balears. Se ha realizado a partir de la idea de que la prostitución es el resultado de la desigualdad estructural entre hombres y mujeres, y una forma de violencia de género.

La consellera de Presidència, Pilar Costa, fue tajante al respecto: «La prostitución es una forma de violencia machista y por tanto nos tenemos que enfrentar a ella desde la perspectiva abolicionista». «Es la esclavitud del siglo XXI y el tercer negocio ilícito alrededor del mundo», indicó la presidenta del IBDona, Maria Duran, quien advirtió de que un 40 % de hombres han acudido al menos una vez a la prostitución y que las mujeres «no son más que el último eslabón de un sistema muy bien organizado».

No se trata de mujeres que ejercen con libertad y la «Pretty Woman –en alusión a la famosa película protagonizada por Julia Roberts y Richard Gere– ya no existe». Y es que según el estudio, se estima que entre el 30 % y el 50 % de las mujeres prostituidas son víctimas de trata, de modo que se demuestra la vinculación entre la trata de personas y la prostitución.

Sin embargo, en cuanto al sistema judicial, el estudio indica que en los últimos cinco años tan solo se han emitido diez sentencias correspondientes a casos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual y delitos sexuales que afectan a menores en situación de explotación.

El doctor en Sociología Lluís Ballester, director técnico del estudio junto a Susana Ortega, explicó que como ya ocurrió en la anterior crisis, la recesión económica conlleva un aumento de la prostitución. Además, el contexto de auge de las redes sociales actual, dificulta el control y acceso a las mujeres que la ejercen con el fin de ayudarlas. Se estima que alrededor de 1.400 mujeres utilizan esta vía. El estudio señala que la realidad del sistema de la prostitución se caracteriza por la deslocalización. Se lleva a cabo en la calle, en clubes, en pisos (un espacio que va en aumento y que implica una mayor vulnerabilidad para las mujeres) y en salidas sin localizar. La ocultación y la dispersión en el territorio son también características de la prostitución, así como el aislamiento que sufren las mujeres, que no cuentan con una red de apoyo y carecen de recursos.

Otro dato escalofriante: La experiencia de la prostitución se caracteriza como violenta y muy insegura para las mujeres que la ejercen. «Cada vez más son sometidas a prácticas de riesgo», dijo Ballester.