El magistrado Álvaro Artola, de la Audiencia Provincial. | Pere Bota

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Dos mallorquines, uno de ellos abogado, encuentran un cadáver en los Pirineos mientras esquían. Al día siguiente, alguien ha movido el cuerpo al otro lado de la frontera francesa. Esa es la premisa de la primera novela de Álvaro Artola, Al norte de Baqueria-Beret (editorial Distrito 9). El autor, magistrado y presidente de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial cambia la prosa judicial por la narrativa: «Los jueces somos escritores, pero escritores jurídicos. Hacemos sentencias en las que prima la objetividad y el encaje a la Ley. Para mí, la novela supone bajar de ese estrado judicial», señala. Artola cuenta cómo la idea de escribir una novela surgió de un reto entre esquiadores; una vez escrita la movió entre concursos y fue la editorial quien se puso en contacto con él para publicarla en papel.

«Más que una novela negra, es un thriller legal» al que además se suman elementos de aventura en el marco del Vall d’Arán, «el escenario es un noventa por ciento real». La trama está protagonizada por un abogado, «un oficio que da mucho juego» y en ella tiene también un peso especial la jueza que se encarga del caso y su investigación: «El lenguaje jurídico está, pero he intentado acercar la instrucción penal al lector lego en derecho. Lo he dulcificado».

En cada capítulo, el magistrado ha intentado dejar constancia de «sentimientos o valores» que ha conocido en su carrera. De hecho, define a su protagonista como un «abogado con valores». Es su primera incursión en la ficción, más allá de algún cuento para sus hijas, que ahora han crecido y estudian Derecho: «Tenía ilusión en que lo leyeran y les ha gustado». Hasta ahora, el magistrado está satisfecho con la acogida del libro. Reflexiona que su profesión muchas veces aisla: «Se ve al juez como un personaje distante, pero con la novela es al revés, vecinos y gente que me conoce me ha visto como alguien más accesible».

Portada del libro.