Imagen del Hospital Son Espases. | M. À. Cañellas

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La construcción del Hospital Son Espases contemplaba un plan para actuar ante una catástrofe o en el caso de que un día se recibiera a un paciente altamente infeccioso, por ejemplo, con ébola. Pero el gerente del hospital de Son Espases, Josep Pomar, reconoce que en ningún caso «se previó una pandemia cómo la que estamos viviendo».

«Ningún hospital estaba diseñado para gestionar la pandemia de la COVID-19», tampoco Son Espases, ha asegurado el arquitecto Patricio Martínez del despacho PMMT, especializado en arquitectura hospitalaria.

«Desde la primera ola son muchos los hospitales grandes y pequeños que se han puesto en contacto con nosotros pidiendo cómo pueden mejorar sus espacios para afrontar mejor una nueva crisis sanitaria», explica Martínez, uno de los fundadores de PMMT Arquitectura, con sede en Barcelona.

Para Martínez esta pandemia ha sensibilizado a buena parte de la profesión sanitaria con la idea de que invertir en la construcción de un buen hospital es también una inversión en salud.

Según este arquitecto, se ha demostrado que los hospitales más flexibles, aquellos cuyos espacios no están diseñados para una función específica sino que se pueden transformar para cubrir diferentes necesidades, han respondido mejor a las diferentes particularidades de la pandemia.

Este arquitecto con amplia experiencia en la construcción de hospitales en España y otros países, apunta que esa flexibilidad permite actuar de manera rápida, y cita como ejemplo, que eso hace posible convertir en 48 horas una área de consulta externa en una de urgencias, «que en caso de pandemia resulta muy útil».

Pomar explica que el hospital de Son Espases fue diseñado pensando en ser flexible, pero en lo que respecta a su distribución interior ha influido negativamente su excesiva horizontalidad a la hora de gestionar la atención al paciente infectado por la covid-19.

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«Cuando se hizo la planificación se pensó en que la estructura no fuese demasiado vertical para minimizar el impacto a nivel de paisaje», indica Pomar, quien matiza que precisamente ello «ha provocado que el recorrido de punta a punta implica una perdida importante de tiempo en los desplazamientos del paciente».

El arquitecto Martínez destaca que en las últimas dos décadas los hospitales que se han construido han tendido a la horizontalidad, y reconoce que se ha abusado de esa tendencia. «Con la tecnología actual, los hospitales verticales, cuentan con potentes ascensores que permiten que la circulación de los pacientes sea más eficiente», explica.

La construcción demasiado plana del hospital de referencia de Mallorca hace que el centro tenga más de 40 puertas de acceso, lo que dificulta el control de los pacientes y provoca que los que están infectados se mezclen con los que no lo están, causando uno de los mayores problemas del centro para gestionar adecuadamente la atención al paciente infectado por el virus.

Su construcción dificulta tener dos circuitos diferenciados, uno de limpio y otro de sucio, ya que, según Martínez, «en una situación de pandemia es importante poder controlar las entradas a los centros».

Una de las medidas que el gerente de Son Espases cambiaría en su actuación durante el primer impacto de la pandemia en la isla es la distribución de los hospitales de campaña que se construyeron en algunos puntos de la ciudad, como el Palacio de Congresos. «Tiene poco sentido construir un hospital de campaña lejos de Son Espases, porque cómo más disperses el personal menos eficaz es la atención sanitaria», apunta Pomar.

Además, de acuerdo al gerente de Son Espases, estos centros improvisados están muy deshumanizados a causa de la escasa luz natural, poca ventilación, condiciones que generan estrés al paciente y al personas sanitario.

Pomar destaca que tiene claro que en caso de otra gran ola de rebrotes, trabajarían con la hipótesis de aprovechar el espacio alrededor del hospital, que en el caso de Son Espases, seria posible ya que cuenta con terreno colindante suficiente.

El despacho de arquitectura PMMT construye en la actualidad cinco espacios polivalentes encargados por la Generalitat para responder a los pacientes en caso de extrema tensión en el sistema sanitario. Se trata de edificios compactos que se construyen en pocos meses y se sitúan al lado de hospitales de referencia, para que, una vez la pandemia se supere, se puedan reconvertir en otros usos que necesite el centro.