El invierno mallorquín presenta una gran variedad en la naturaleza y en las fiestas y costumbres. En imágen un torrente con caudal.

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Sebastià Torrens (Inca, 1964) presenta ya una larga y reconocida trayectoria de 21 años como fotógrafo, especialmente de naturaleza. Su último proyecto, editado por Disset, es Hivern a Mallorca, un libro que recoge multitud de espléndidas imágenes de la Mallorca invernal, mucho más allá de lo que pudiera reflejar George Sand durante su estancia en la Isla junto a Frédéric Chopin. La obra, coordinada por Miquel Rayó, cuenta con textos de los propios Torrens y Rayó y de Climent Picornell, Joan Mayol, Caterina Valriu y Gabriel Janer Manila.

Torrens explica que «el libro se divide en diferentes apartados: naturaleza, fiestas y tradiciones, mundo rural y sensaciones. La naturaleza tiene un peso importante, pero hemos intentado una cierta varieda. Hemos salido de las imágenes tópicas de Mallorca, que siempre se relacionan con el verano, y mostrar el invierno de la Isla, al que normalmente no se hace mucho caso. Parece que el invierno tiene que ser más tranquilo, pero hay fiestas tradicionales -sobre todo Sant Antoni-, les matances, els bolets, encuentros familiares en Navidad, una gastronomía propia de la época... La verdad es que mostrar el invierno mallorquín me ha llevado mucho trabajo».

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Torrens acumula 21 años de reconocida trayectoria. Foto: T. AYUGA.

A través de Hivern a Mallorca, podemos comprobar qué Isla queda cuando se marchan los turistas, la diferencia desproporcionada entre verano e invierno y, por qué no decirlo, la oportunidad de disfrutar más de lo que tenemos. Así, para Torrens, «este libro es aprovechable para los residentes, pero también para los turistas que quieran descubrir Mallorca fuera del verano».

Visibilidad

Como fotógrafo, Torrens destaca que «el invierno nos ofrece días de una visibilidad espectacular y días nublados igualmente atractivos. La variabilidad es una característica interesante para un fotógrafo. En cualquier caso, no se trata de reflejar sólo la naturaleza, sino también a las personas y sus experiencias».

Una pareja de ‘voltors’ .

Sebastià Torrens es un fotógrafo apasionado que muchos días se levanta a las 05.30 de la mañana «para perseguir una idea concreta o para dejar que la naturaleza me sorprenda y me regale algo que no esperaba. La naturaleza es incontrolable e imprevisible. Éste es su atractivo, aunque una fiesta popular también te puede reportar sorpresas. Siempre digo que un fotógrafo debe tener el corazon caliente y la cabeza fría. Una cosa que sí intento es, cuando fotografío aves, que se vea que son de Mallorca».

Aunque hay imágenes anteriores, la mayor parte de las fotografías del libro han sido realizadas durante los dos últimos inviernos, lo que no ha dejado de ser una suerte para Torrens ante la incertidumbre pandémica de los próximos meses.