Las UCI de Baleares han perdido casi un 30 por ciento de pacientes COVID. | M. À. Cañellas

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El portavoz autonómico del comité de enfermedades infecciosas, Javier Arranz, ha mostrado este viernes los datos que apuntalan una moderada esperanza, siempre marcada por la prudencia, ante la evolución de la pandemia de COVID-19 en Baleares.

En rueda de prensa Arranz ha destacado varios indicadores directos e indirectos que muestran que Baleares ya transita el descenso de la curva de la segunda oleada de la pandemia. Uno de los más importantes es la baja incidencia del coronavirus a 14 días, datos que incluso son buenos, ha dicho el portavoz, en todos los casos salvo en Ibiza.

En este sentido, la tasa de positividad en siete días del 3,59 por ciento se acerca mucho a las recomendadas por las autoridades europeas, y las PCR diarias han pasado en una semana de más de 130 a 89, un descenso significativo que indicaría que la transmisión comunitaria está más cerca de controlarse.

«El mensaje sigue siendo quédate en casa, evitar al máximo desplazamientos innecesarios y limitar el contacto social», ha indicado la consellera de Salut, Patricia Gómez, también presente en la rueda de prensa.

Como consecuencia lógica la presión asistencial empieza a bajar, y con ello se da un respiro a los profesionales sanitarios. En este punto Arranz ha apuntado que las camas ocupadas por pacientes COVID en UCI en el conjunto de las Islas se han reducido en un 30 por ciento en una semana.

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Asimismo, ha revelado que esta semana se han detectado 14 brotes nuevos, cuando semanas atrás fueron hasta 38. Todos ellos se han producido en el ámbito social y familiar, y por Islas se han registrado la mitad en Ibiza, seis en Mallorca -la mayoría de ellos, 4, en residencias-, y uno en Formentera.

Arranz ha recordado que en el caso de los geriátricos la sola existencia de un caso positivo ya se considera brote, para poder atajar la situación con mucha más celeridad.

En cuanto a la situación de las residencias, Gómez ha apuntado también la mejora de la situación, donde el 18 de septiembre había 256 residentes activos y este viernes son 135 (47,2 % menos). Desde entonces han fallecido 30 residentes, mientras que desde el principio de la pandemia han fallecido 151 personas.

No obstante, Arranz ha mantenido que no se debe bajar la guardia. «Si queremos que las cifras se mantengan debemos mantener todas las medidas, como las de limitar el contacto social». «En caso contrario», ha avisado, «pueden producirse imágenes que hemos visto en otros puntos de España de regreso a confinamientos parciales».

Sobre la decisión de quitar las restricciones aplicadas en zonas concretas, Arranz apunta que debe tomarse «con mucha tranquilidad». «Queremos ser cautos y disminuir las restricciones de forma tranquila y prudente», ha incidido el doctor.

Sobre los cambios en Arquitecte Bennàssar, de aplicación a partir de este próximo sábado, Arranz ha considerado que flexibilizar la movilidad «es un alivio importante», y no ha descartado tomar otras decisiones que afecten, por ejemplo a los aforos, decisiones que afectan a otros ámbitos y aspectos económicos y sociales, que también preocupan a la ciudadanía.