El alcalde de Palma, José Hila, se sentó este martes por primera vez con los representantes de los trabajadores de la EMT. | Pere Bota

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La intervención del alcalde de Palma, José Hila, en el conflicto de la EMT hizo que aflorara, por primera vez, la esperanza de alcanzar un principio de acuerdo entre los trabajadores y la empresa que permitiera desconvocar la huelga de los autobuses. La reunión se ha alargado durante toda la noche del martes y lo único que podían decir los sindicatos que estaban dentro de la sala de reuniones era que «seguimos negociando y aún no hay principio de acuerdo, no hay nada claro, nos queda mucho por hablar».

La reunión había dado comienzo a las 15.00 horas en Cort y a las 20.30 horas se hizo un receso, que el alcalde aprovechó para marcharse y dejar el resto de la negociación, en principio encarrilada, en manos del equipo negociador, encabezado por el concejal de Mobilitat, Francesc Dalmau, y el gerente de la EMT, Mateo Marcús. Mientras los sindicatos iban a reponer fuerzas, Dalmau y Marcús redactaron los acuerdos alcanzados hasta ese momento.

Durante el receso, los sindicalistas admitieron que con la presencia del alcalde en la reunión «se notó un mejor talante» y que había habido un acercamiento, pero, ya en ese momento, uno de los dos portavoces del comité de huelga, Juan Antonio Salamanca, aún no pudo garantizar que fuese a haber un acuerdo.

En el punto de los turnos de los talleres, explicó, «sí se ha alcanzado un acuerdo» al aceptar el Ajuntament que la situación se dirima en el TAMIB, como reclamaban los sindicatos. También se acercaron posturas en cuanto a la demanda de recuperación de las líneas de bus suprimidas durante el estado de alarma, «el alcalde se comprometió a que a medida que vaya pasando la pandemia se irán recuperando estas líneas», dijo el portavoz.

No obstante, los trabajadores quieren que algunas de estas rutas se restituyan próximamente y están de acuerdo en que el calendario para el rescate de las demás sea estudiado por la comisión de obras y servicios.

A la vuelta del descanso quedaban aún varios puntos espinosos aún por debatir, como la finalización de la jornada irregular de algunos trabajadores.

La movilización de los trabajadores ha entrado en su tercera semana, tras una primera de paros parciales y una huelga indefinida iniciada el pasado día 14 y secundada prácticamente por el 100 % de los trabajadores que no estaban en servicios mínimos. Sin duda, el hartazgo de los ciudadanos es creciente ante un conflicto que ya dura demasiado.

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Por la mañana los sindicatos ya habían advertido de que si no se llegaba a un acuerdo en la reunión con el alcalde «nos quedaremos a dormir en Cort, al menos hasta que nos saque la policía», según palabras de Salamanca.

Poco prometía el encuentro tras las palabras del primer edil, en las que volvió a declarar que «no es el momento de convocar una huelga». «En los últimos doce años se han convocado diez», dijo, con lo que quiso indicar que hay muchas ocasiones para iniciar una huelga menos la actual, con la situación de emergencia sanitaria, económica y social que se vive por el coronavirus.

Hila reiteró que «tenemos límites y el límite es el dinero» y destacó que con la gran merma de ingresos que ha sufrido la empresa municipal desde el inicio de la crisis sanitaria «la prioridad ha sido salvar los puestos de trabajo y pagar las nóminas».

También horas antes de la reunión, Unidas Podemos Palma se había ofrecido para mediar en el conflicto y poder formar parte de la mesa de negociación.

Desfase incomprensible

La coalición volvió a mostrar su «solidaridad absoluta» con los trabajadores de la EMT, así como con los usuarios del servicio afectados por estas jornadas de protesta. Unidas Podemos, que forma parte del equipo de gobierno del Ajuntament, hizo hincapié en que la huelga es «un derecho de todos los trabajadores que en ningún caso debe ser cuestionado desde el poder político».

También tildó de «sorprendente» que no se correspondan las cifras dadas por el Pacte en relación al coste que supondrían las medidas reclamadas por los trabajadores, 12 millones de euros, con las que ofrece el comité de huelga, que habla de solo 100.000 euros. Según esta coalición, es un «desfase más que llamativo e incomprensible».