Kike Ferrer Felipe posa en su taller, ubicado en Palma. | Teresa Ayuga

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Detrás de Kike Ferrer Felipe – Ferrer, por su madre – hay una historia de superación. Este mecánico de Palma ha conseguido «con mucho esfuerzo», en tan solo cinco años, situar su negocio en muy buena posición. Tanto es así que Talleres Kike ha conseguido, por tercer año consecutivo, el título al mejor taller de España, según el ránking de Tallerator, un comparador que cada año evalúa a más de 17.000 empresas mecánicas a nivel nacional.

«La esencia Kike es la que ha dado resultado: preocuparte por el cliente al 100 % y que quede satisfecho. La gente, cuando deja el coche, solo ve que se haya cobrado lo justo, la atención y que el vehículo se vea bien. Este es el secreto».

Kike, que ha pasado «de vivir en la calle a comprarme un ferrari», ha querido agradecer este título a su madre, fallecida el año pasado. «Gracias a ella estoy aquí», ya que hace cinco años le ayudó con 2.000 euros a arrancar un negocio que más que penas da alegrías. El negocio, cuenta Ferrer, está ultimando las negociaciones para convertir Talleres Kike en una franquicia. «Estoy en mi mejor momento. Ahora soy una persona muy feliz».