Sergio G. Torres estuvo en Mallorca este fin de semana. | M. À. Cañellas

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Sergio García Torres es el director general de Derechos Animales del Gobierno. Este fin de semana ha estado en Mallorca: el viernes se reunió con el grupo parlamentario de Podemos (su partido), con distintas entidades de protección animales y el sábado estuvo en la concentración contra el ‘asesinato’ del gato Grisito, en Manacor.

Usted es el primer director general de Derechos Animales. ¿Qué hará? ¿Por qué se creó esta dirección general?
— Nunca habíamos tenido un departamento centrado que estuviera pendiente de los animales de compañía. Sí de otros animales, pero no de los de compañía. Se trata de tener una visión transversal de la protección de animales.

Entonces usted no se ocupará de los animales de granja, por ejemplo.
— Quedan excluidos porque esto ya está regulado dentro del Ministerio de Agricultura y por la Unión Europea.

Pero el trato que reciben estos animales, ¿está de acuerdo con lo que persigue su dirección general?
— Hay que mejorar en todos los ámbitos, y de hecho trabajamos con el Ministerio de Agricultura y Ganadería en todas sus propuestas. Les hacemos añadidos para que esta visión de protección animal también se aplique a los de producción, por supuesto.

¿Y la tauromaquia? ¿Cómo es posible que el Estado proteja lo que se hace en las plazas de toros y luego cree una dirección general de derechos animales?
— Bueno, no es incompatible. Tenemos en torno a 10 millones de animales de compañía y no hay una ley estatal que regule o mejore su bienestar. Lo que planteaba usted de la tauromaquia: es cierto. Es necesario que tengamos un debate sobre este tema. La tauromaquia está protegida, a raíz de una iniciativa legislativa popular, pero quizás es hora de que la sociedad, viendo los grandes avances... Yo tengo una opinión muy clara sobre este tema: estaría favor de que se elimine esta protección. Pero del mismo modo que se protegieron con una iniciativa popular se deberían eliminar con otra iniciativa legislativa popular.

Ustedes han acordado aprobar una ley de bienestar animal. ¿Qué dirá?
— Tiene mucho que decir. España es un país puntero en maltrato y abandono, en torno a 200.000 cada año. Es necesario establecer un marco legislativo unitario que establezca unos mínimos para eliminar esa lacra. Balears ha sido noticia recientemente por el maltrato del gato Grisito, en Manacor. Esta es una de las cuestiones que pretendemos tratar en esta ley, pero también los códigos civil y penal. Esperamos presentarla a finales de año.

¿Por qué hay que modificar el Código Civil?
— Porque actualmente los animales están categorizados como cosas. El Código Civil determina personas y objetos. El Tratado de Lisboa ya establece que los animales son seres sintientes. Planteamos adecuar nuestra normativa al Tratado de Lisboa. Ya estamos sentados con el Ministerio de Justicia.

Imagino que la modificación del Código Penal es para aumentar las penas.
— Sí, pero no solo esto. Las penas actuales plantean una sensación de impunidad. Proponemos un aumento de penas para que en situaciones de especial gravedad (situaciones de muerte con algún tipo de agravante) la persona condenada ingrese en prisión. Actualmente son casos contados los que han entrado en prisión por maltrato animal. Ahora se contemplan agravantes, pero creemos que hay que introducir otros, como que se produzca en presencia de menores, el envenenamiento...

¿Qué más?
— También planteamos que la titularidad del animal pueda cambiarse del propietario a una entidad de protección animal o a quién determine el juez antes de que llegue la sentencia porque muchas veces que se incautan animales pasan años enjaulados hasta que el juicio se lleve a cabo. Y otra cuestión importante: proponemos que se reconozca la inhabilitación para la convivencia con animales.

En Baleares se reformó la ley de bienestar animal hace poco: se prohibieron los circos con animales...
— Conocí esta ley desde el principio y creo que marcaba una tendencia de cómo tienen que ser las leyes de protección animales en este país: los circos con animales son algo obsoleto, los espectáculos con animales, de cada vez más rechazados por la sociedad. La ley de Balears daba pasos en lo que nos inspiraremos al redactar la norma estatal.

Baleares ha sido noticia en el conjunto del Estado por el caso del gato Grisito.
— Quería acompañar al Ajuntament de Manacor en la concentración para condenar el caso del gato, que fue cruelmente torturado y muerto. Entendemos que el Gobierno de España tiene que acompañar en estos momentos y hacer ver que vamos con mucha celeridad a cambiar las leyes y a intentar evitar que este tipo de cosas no queden impunes.