La temporada comenzó con la apertura del Riu Concordia el pasado 15 de junio, día en que se inició la puesta en marcha del plan piloto turístico entre Alemania y Mallorca. | M. À. Cañellas

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Las cadenas hoteleras de Baleares han comenzado a cerrar desde el pasado sábado establecimientos en todas las zonas turísticas de Mallorca, por la caída en picado de la demanda turística y la evolución negativa de los niveles de ocupación en los establecimientos en los últimos siete días, así como por nula previsión de reservas para esta semana y la próxima.

La Platja de Palma, Alcúdia-Can Picafort, Cala Millor, la Platja de Muro, Magaluf y resto de zonas de Calvià, según las cadenas, son las zonas más afectadas por el descenso paulatino desde finales de julio del turismo británico y alemán, al que se suman ahora mercados como el belga, holandés, danés y austríaco. La decisión de sus gobiernos de imponer una cuarentena a todos los viajeros que procedan de España, ha roto de raíz las previsiones de los touroperadores, aerolíneas y hoteleros de las Islas.

Las grandes cadenas que operan en Mallorca, caso de Barceló, Meliá, Riu e Iberostar aguantarán al máximo, pero ya tienen previsto el calendario de cierres, que culminará en la primera semana de septiembre. «Mantenemos la programación, pero está claro que la evolución de los mercados emisores europeos no ayuda y la temporada la damos ya por perdida y cerrada antes de tiempo», indicaron ayer desde varias cadenas hoteleras.

Cadenas como Grupotel, Hipotels, HM, McHotels, THB, Roc, Valentín, Garden, Ferrer, BQ, Edén, Stil, Palmira, Blau, Esperanza y Protur, así como el resto de pequeñas y medianas empresas hoteleras, ya están en pleno proceso de cierres.

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Desilusión

Palabras como «finiquito anticipado de la temporada», «desastre» y «pésima actuación política», definen el sentir general de los hoteleros de Mallorca y resto de islas por cómo han evolucionado los acontecimientos desde el pasado 25 de abril, fecha en la que el Foreign Office decidió aplicar la cuarentena a todos los británicos que procedieran de Balears y resto de zonas vacacionales españolas, a excepción de Canarias. A esto hay que sumar la medida adoptada por Berlín de englobar a Balears como zona de riesgo.

«El esfuerzo que se ha realizado para iniciar la temporada, con la culminación del plan piloto, ha sido enorme. Recuperamos a cientos de trabajadores en ERTE y ahora nos encontramos ante una coyuntura turística impensable a finales de junio, pero que se ha agravado por los niveles de contagios en las Islas. No hay turistas, no hay venta de paquetes vacacionales y, en consecuencia, hay que cerrar», indicaron hoteleros de las principales zonas turísticas afectadas.

En principio, estaba previsto comenzar los cierres a partir del 1 de septiembre, pero la evolución de la COVID-19 y el incremento de países que han colocado a España como país de riesgo vírico «nos ha provocado que tomemos decisiones drásticas».

Las grandes y medianas cadenas reagruparán clientes en uno o dos hoteles y procederán al cierre del resto. La medida devolverá a miles de trabajadores a los ERTE, tras mes y medio de haber sido recuperados.