Hasta ahora se había buscado un ambiente de aulas que permitiera la cooperación y la participación entre alumnos. Ahora, el coronavirus obliga a que los niños estén solos en un pupitre individual, evitando tocar otros objetos dentro del aula. | Efe

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Los patios se parcelarán con vallas para separar alumnos, la entrada y las salidas del colegio se harán por turnos y por diferentes accesos. Además, los padres no podrán acceder a los centros educativos y tendrán que esperar en la puerta. Éstas son solo algunas de las medidas que aplicarán los centros educativos de las Islas a falta de 23 días para que empiece el nuevo curso escolar.

Los centros educativos ya cuentan con su propio protocolo, que se adapta a sus instalaciones y el número de alumnos, y que se basa en las instrucciones de la Consellera d’Educació y la Conselleria de Sanitat. Los padres, que ya no podrán circular por el interior de los centros para evitar el contagio, ya han sido informados por los centros y están al tanto de estas nuevas normas, que contemplan tres escenarios: nueva normalidad, con medidas restrictivas o confinamiento.

En estos escenarios, los planes de contingencia «hablan de ‘grupos burbuja’, donde se agrupan hasta un máximo de 25 niños en Primaria», señala Albert Lobo, presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA). Se opta por la educación presencial en este escenario A, conocido como nueva normalidad.

En el caso de que se tenga que pasar al escenario B, con medidas restrictivas, «una clase se dividirá en dos grupos y se contará con un máximo de 15 alumnos en Primaria. Por otro lado, los alumnos de 1º de ESO tendrían educación presencial pero a partir de 2º de ESO será semipresencial. En ese caso, muchos centros de Secundaria han optado por dar clases en días alternos para que no pierdan el contacto con el centro», dice Lobo. En el escenario C, los niños de Infantil, Primaria, ESO y Secundaria pasarían a la enseñanza telemática.

Esta división para crear ‘grupos burbuja’ supone un trastorno para los centros, que tienen que adaptar sus instalaciones. Según Joana Maria Mas, presidenta de la Associació de Directors i Directores d’Educació Infantil i Primària de Mallorca (Adipma), «para poder desdoblar a los grupos de alumnos se están habilitando todos los espacios posibles. Desde el gimnasio a la biblioteca, los pasillos, aulas de música o el hall. En aquellos que no tengan espacio suficiente se pedirá ayuda al ayuntamiento. Como último recurso se acudirá a las aulas modulares». Eso sí, Mas advierte que no se contempla dar clases en el patio.

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Recreos

Otra de las grandes novedades de este curso tan inusual es la parcelación de patios con barreras para mantener a los grupos burbuja incomunicados del resto de sus compañeros en el recreo. También se aplicarán turnos de patio, que se facilitan gracias a que «las clases pasarán de 50 a 45 minutos de duración», dice Joan Ramon Xamena, presidente de la Associació de Directors i Directores d’Educació Secundària de Mallorca (Adesma).

En las aulas de Infantil, además, se retiran todos los juguetes, se quedan solo los imprescindibles, eliminando puzzles, construcciones... Se separan las mesas, pasando del modelo asambleario al espacio individual. En extraescolares se eliminan propuestas como la danza.

El paso de un escenario a otro o un positivo, aún por conocer

«¿Qué pasa si hay un positivo en un aula?», se pregunta Albert Lobo, presidente de FAPA, que ha pedido a Educació saber «cuándo pasamos de un escenario a otro».

Por otro lado, en el caso de los alumnos de ESO pueden alcanzarse los 30 alumnos por aula y en Bachillerato, los 35 pero «estas ratios se contemplaron en junio. Desde entonces han pasado muchas cosas y hay que actualizar las cifras», dice Lobo. Mientras tanto, en Educació advierten que a lo largo de estos días se irá informando de los detalles de esta vuelta al colegio tan inusual.