Un grupo de turistas del programa del Imserso, durante un viaje a Baleares. | Josep Bagur Gomila

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Mallorca afrontará por vez primera en 35 años una temporada de invierno sin turistas de la tercera edad del Imserso, por el impacto directo de la crisis sanitaria derivada por la COVID-19 y los problemas que ello conlleva en este colectivo de riesgo.

El organismo estatal va a retrasar al máximo la campaña de comercialización por este motivo, lo cual deja a los gestores del programa, Turismo Social (Mundosenior) y Mundiplan, en una situación de indefinición a la espera de acontecimientos.

«Todo indica que hasta 2021 no habrá turismo de la tercera edad y si lo hay, el número de hoteles que van a colaborar será mínimo. Para dar una idea, en Platja de Palma se asignará un único hotel y lo mismo sucederá en la localidad canaria de Puerto de la Cruz. No habrá más hoteles, principalmente porque gran parte de la oferta de alojamiento estará cerrada por esta crisis», indicaron fuentes empresariales.

La decisión final la tiene el Ministerio de Sanidad, pero por el aumento de los rebrotes de contagios optará por no autorizar que se lleve a cabo este año el programa de vacaciones de la tercera edad del Imserso.

Desde Turismo Social, que gestiona los viajes del Imserso a Baleares y Canarias, indican: «Lo tenemos todo preparado, pero falta la autorización de Sanidad».

La Asociación Hotelera de la Platja de Palma indica que el coronavirus «ha distorsionado toda la programación de los hoteles y el Imserso, por supuesto, en estos momentos no se contempla como oferta por los efectos del coronavirus. Para este invierno, a partir de noviembre, estará prácticamente cerrada el 90 % de la planta hotelera por la caída en picado de la demanda».

Este programa social subvencionado por el Estado canalizaba cada año a las Islas cerca de 160.000 beneficiarios y colaboraban con el mismo unos 40 hoteles, la mayoría en Mallorca. Aerolíneas y transportistas de las Islas son los otros sectores perjudicados al no realizarse el programa de la tercera edad.

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La Asociación Hotelera de Palma y Cala Mayor, por su parte, que es la que se beneficiaba cada invierno de la llegada de cruceristas, congresistas y aficionados al turismo activo «no podrá hacerlo este invierno y ello hará que estén cerrados más del 50 % de la oferta de hoteles urbanos y boutique. Esta previsión puede empeorar si las cuarentenas por el coronavirus se prodigan en más mercados emisores», señala su presidente, Javier Vich.

Recesión económica

La patronal CAEB, que preside Carmen Planas, valora negativamente estos indicadores turísticos: «Tenemos puesto el foco en la situación que se avecina con el fin de la campaña de verano en los meses de otoño e invierno, en los que la situación es más que alarmante en todas las Islas».

La patronal reclama al Govern una estrategia sanitaria y económica y al Gobierno central la asignación de fondos económicos «porque somos la comunidad más perjudicada por esta crisis».

Planas, en esta coyuntura adversa, afirma que la nueva realidad impuesta por la COVID-19 «hace que nuestras Islas se encuentren hoy inmersas en una situación de enorme vulnerabilidad y lamento avanzar que esta crisis va a pasar a Balears una factura que será muy difícilmente digerible inmersos como estamos ya en una recesión económica de incalculables y de enormes dimensiones».

Añade que las Islas lideran la destrucción de empleo a nivel nacional y que el incremento del paro lleva meses duplicando las tasas del 2019. Además, puntualiza: «Está el problema de los más de 100.000 fijos discontinuos, trabajadores cuyas familias están expuestas a no recibir prestación alguna durante los meses de invierno, y por todo ello es urgente que Balears reciba de todas las administraciones públicas cuidados intensivos y que los ERTE se prolonguen hasta la próxima temporada de verano».

La patronal afirma en caso de no adoptar las medidas adecuadas «está en peligro la viabilidad económica de miles de empresas de las Islas y la continuidad de miles de puestos de trabajo».