Salut notificó este viernes 117 nuevos contagios, dos nuevos ingresos en un hospital y un paciente más en la UCI. Ni las cifras, ni el perfil de pacientes son comparables a las del principio, pero el goteo continúa y los hospitales se preparan. | M. À. Cañellas

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Son Espases ha vuelto a destinar la unidad 3O de hospitalización (que es de medicina interna para pacientes infecciosos) a enfermos con infección por coronavirus. El plan de contingencia previsto para este centro advierte de que con más de 10 pacientes ingresados por planta conviene volver a transformarla en zona COVID. Este viernes, 12 de los 20 pacientes ingresados por esta causa en el hospital de referencia ocupaban este espacio, aunque dos de ellos estaban a punto de recibir el alta.

Una situación similar sucede en Son Llàtzer, donde debido al aumento de pacientes con patología respiratoria infecciosa se volvieron a habilitar seis habitaciones en la Unidad de Corta Estancia (UCE) para casos con sospecha de COVID-19.

De las 101 hospitalizaciones que se notificaron ayer, además de las 20 de Son Espases, había 10 en Son Llàtzer, una en Manacor, una en Inca, otras cinco en Can Misses, 48 en Sant Joan de Déu y 16 en diferentes clínicas privadas.

«Hay que hacer un matiz importante, la mitad de los ingresos son pacientes que vienen del brote de senegaleses de s’Arenal y lo están por motivos sociales, no clínicos», explica el subdirector de Atención Hospitalaria del IB-Salut, refiriéndose a dos brotes detectados en un piso y un sótano pateras.

El comportamiento hospitalario «es muy diferente si se compara con el de la primera ola», añade Albertí. Hay ahora otro perfil de paciente con una enfermedad menos agresiva. «Antes más de un 20 % de los positivos tuvieron que ingresar y ahora es un 4 %. Iban a la UCI entre un 8 y 9 % de los pacientes ahora un 0,7», explica. Pero aún así «hay un pequeño porcentaje que ingresa» y para que los pacientes asintomáticos no ocupen camas sanitarias como ahora sucede, Salut busca espacios sociales donde trasladar a este tipo de enfermos.

Mientras tanto, «garantizamos que lo que se está haciendo es lo correcto», insiste Albertí, quien asegura que uno de los objetivos prioritarios de Salut es mantener la actividad quirúrgica y las consultas externas a la vez que la atención a pacientes con COVID-19, y no paralizar el sistema, como se hizo con el estado de alarma. Baleares notificó este viernes 117 nuevos contagios y ya hay 657 enfermos activos. Mallorca se lleva el grueso de la afectación, basta ver que 96 de las 101 hospitalizaciones son en esta isla. Por motivos de densidad de población, Palma suma 450 de los casos activos.

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Brotes por ambulatorio

Desde que el pasado 11 de mayo empezara el rastreo indiscriminado de casos, independientemente del tipo de sintomatología que presentaran, la zona básica de salud asociada a brotes con más casos es Es Trencadors (34), situado en s’Arenal donde, que haya trascendido, se ubican los dos focos domiciliarios con varios convivientes.

A éste le sigue el ambulatorio de Son Gotleu (21), el de Inca (16) o el de Can Pastilla-Platja de Palma (12). Si en lugar de casos se tiene en cuenta la incidencia acumulada, Es Trencadors vuelve a liderar la lista, seguido de Son Cladera y Pere Garau.

3.400 contactos no positivos, pero confinados

El equipo de rastreadoras de Balears vigila actualmente a unos 3.400 contactos estrechos de pacientes de COVID-19, personas sin un test positivo pero que permanecen aisladas de manera preventiva. Así lo aseguró la portavoz del Govern, Pilar Costa.

Desde que comenzó la tarea de rastreo en la Comunidad, se ha seguido a cerca de 1.000 positivos y aproximadamente 5.000 contactos estrechos. «Se ha conseguido un diagnóstico más elevado y precoz», dijo.