La fachada del café A Tres Bandas, en la plaza Barcelona, ya cerrado. | M. À. Cañellas

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A la plaza Barcelona se asoma un local con solera. Al entrar, el aire que se respira recuerda a esos bares de guerra, que todavía mantienen el recuerdo de una época oscura, pero necesaria para preservar un barrio. El café A Tres Bandas era, hace 30 años, el punto de encuentro de los vecinos, que pasaban allí las horas jugando al billar. En los últimos 13 años, Magdalena Cantalapiedra, junto a su socio Víctor Muñoz, rescataron este lugar reconvirtiéndolo en lo que hoy es un encuentro cultural que mezcla todas las artes bajo el sello balear.

Cuatro años bastaron para convertir el A Tres Bandas en un local de referencia y un virus ha devorado en cuestión de meses el futuro de estos socios, que acaban de anunciar su cierre temporal debido a la crisis provocada por la pandemia. «Espero que sea un hasta pronto. No descartamos abrir en septiembre u octubre, pero tampoco clausurarlo hasta el año que viene», explica Cantalapiedra.

Palma 10.
La copropietaria Magdalena Cantalapiedra, en el bar.

Decisión

Magdalena reabrió el negocio el pasado 25 de mayo, afrontando una ‘nueva normalidad’ con sequía cultural. «La idea era comenzar sin espectáculos y dejarnos llevar a ver cómo evolucionaba todo. Justamente nos coincidió con una importante reforma en la cocina, novedades en la carta del menú y nuevas propuestas en nuestra agenda». Lo dice una emprendedora que, pese a todo, no ha perdido la ilusión y que sea un «continuará», sin final.

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La decisión llegó cuando tuvieron que recortar un 30 % su espacio que, aunque se trata de un local de grandes dimensiones, concentra el huracán cultural en una área reducida. «Ha sido una decisión dura. Venir de una crisis que hemos superado y ahora embarcarnos en otra cuesta. Pero si se apuesta por algo que quieres, algo ganas. Al menos me llevo la satisfacción de haberlo conseguido y de haber creado tantos recuerdos». El A Tres Bandas, que hace dos años se dividió y gestó un bar con terraza en s’Escorxador, es la cueva familiar de los artistas. «Hemos apostado mucho por este negocio, más sabiendo que la cultura en las Islas es un privilegio y la primera en ser recortada».

La dueña trae su cuaderno de visitas. Está repleto de firmas, frases y dibujos, cosecha de 2012. En una frase de antaño aparece, curiosamente, lo siguiente: «Ni se os oscura cerrar jamás».

De billares al encuentro cultural de los artistas

El A Tres Bandas lleva 30 años implantado en Mallorca como salón de billar por excelencia, los trece años últimos reconvertidos en el bar cultural de encuentro de los artistas mallorquines.

Según cuenta la copropietaria Magdalena Cantalapiedra, aunque primero comenzaron con algunas apuestas, como los poemas, poco a poco fueron introduciendo otros aspectos, como el micro abierto o las charlas.