Vecinos de los afectados por el brote en un edificio de s'Arenal hablan de la situación. | Pere Bota

TW
49

Un viajero, procedente de Senegal, llegó recientemente a su piso en la plaza Reina María Cristina de s’Arenal de Llucmajor siendo portador del coronavirus SAR-CoV-2 y terminó contagiando a otras nueve personas, de momento, todas ellas convivientes. Así comienza un nuevo brote de infección por COVID-19 en Mallorca del que todavía se hace un rastreo de contactos estrechos.

El domingo se conocía el primer contagio y este martes se confirmaba que se había extendido. El infectado vivía en un piso patera con hasta quince personas más, explican sus vecinos, pues la conselleria de Salut no ha querido facilitar más datos al respecto.

En la finca se confiesan abandonados. El lunes vieron llegar a los sanitarios y cómo se llevaron a algunos de los afectados. Cuatro de ellos, según la consellera de Salut, Patricia Gómez, fueron ingresados en diferentes centros hospitalarios (uno en una UCI) y otros seis habrían resultado asintomáticos o presentaban síntomas leves y se han trasladado a centros que procuran cuidados intermedios por la imposibilidad de garantizar un correcto aislamiento en su domicilio.

«Nos hemos preocupado porque nos hemos enterado por las redes pero aquí nadie nos ha dado ninguna indicación. Yo llamé a mi centro de salud pero me niegan la prueba PCR y soy una persona de riesgo, llevo un marcapasos», se queja una vecina del bloque de pisos donde se localiza el brote. «Hay vecinos que se han ido por miedo pero yo no tengo por qué irme de mi casa», prosigue. «No han tomado precauciones, son unas 14 o 15 personas que entraban y salían todo el tiempo y se dedican a la venta ambulante», añade.

A su lado, otro vecino le toma la palabra. «Yo pido ayuda para saber si estoy bien o mal, he pedido si me van a hacer las pruebas y me han contestado que tengo que pagar 100 euros», explica. Además, «han desinfectado su piso pero no el rellano o el ascensor, dicen que tiene que encargarse la finca», añade. «Yo lo que quiero es que cierren el edificio, que no salga ni entre nadie, esto es un desmadre total».

Noticias relacionadas

En el piso contiguo donde se ha localizado el brote, un vecino confiesa desde el balcón que a él sí le han hecho la prueba PCR «a fuerza de insistir».

Preocupación

Por su parte el Govern se confiesa preocupado por el seguimiento de contactos entre personas vulnerables o clases desfavorecidas donde el rastreo es más difícil. Sin embargo, algo similar ha sucedido en un edificio del barrio de Son Cotoner.

«Una vecina llegó el jueves pasado procedente de Ecuador y ha dado positivo, la ingresaron el viernes en el hospital. El resto de la familia, que son cinco, se han quedado confinados en casa», explica un vecino con preocupación. «No desinfectan la escalera y la propietaria de la finca se niega a comprar productos de limpieza, no se preocupa por nada, tenemos que buscarnos la vida. Ni la Policía Local, ni Salut, nos dan una solución o un protocolo de actuación», se queja.

Debido a la cantidad de casos detectados a raíz de personas que vienen a las Islas procedentes de países con un alto índice de contagio, el consejo Interterritorial de Sanidad celebrado el pasado jueves aprobó que se hiciera un protocolo por el que las diferentes comunidades pueden facilitarse entre ellas los datos personales de los viajeros de 25 países con una gran incidencia acumulada de contagios, entre los que hay muchos de Sudamérica, EEUU o Rusia.

Sobre si se harán controles en puertos y aeropuertos a los viajeros nacionales procedentes de comunidades autónomas donde ya es preocupante el número diario de nuevos casos de coronavirus, todavía no hay una respuesta del Ministerio. Alemania sí ha tomado precauciones con Cataluña, Aragón o Navarra.