Marcaje de dos crías para su seguimiento. | Redacción Local

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La milana (Milvus milvus) se encuentra en peligro de extinción, pero poco a poco va dando noticias positivas en su recuperación.

Ivan Ramos, jefe del Servei de Protecció d’Espècies de la Conselleria de Medi Ambient i Territori, explica que «desde nuestro servicio llevamos a cabo planes de seguimiento de aves rapaces y carroñeras. Este año, en lo que se refiere a la milana, nos hemos centrado en la zona del Migjorn de Mallorca, pero, en parte por el confinamiento, los agentes de Medi Ambient han podido hacer también seguimientos en la Serra de Tramuntana y el Llevant. De este modo, este año hemos podido contabilizar 113 pollos y 79 nidos ocupados. Son datos de una evolución positiva si lo que nos preocupa es la recuperación de la especie».

A partir de aquí, no se puede hacer una extrapolación del número precisa de ejemplares en Mallorca. Según Ramos, «no tenemos datos sobre la población juvenil, es decir, los que todavía no tienen pareja y no han criado. Tampoco tenemos capacidad para controlar todos los nidos que hay en la Isla, pero sí podríamos decir que, aproximadamente, los datos mencionados pueden suponer tres cuartas partes de la población total de milanas en Mallorca».

Hace unos años, la principal amenaza para la milana era el veneno colocado para dar muerte a otros animales. Con ese veneno incorporado a la cadena trófica, la milana sufría consecuencias letales. Tratándose de un delito penal y con los precedentes de multas importantes, el uso del veneno se ha reducido. Aun así, también es verdad que el uso del veneno baja cuando hay una sentencia condenatoria reciente y, transcurrido un tiempo, vuelve a subir.

Actualmente, la principal amenaza es la electrocución en los tendidos de la red, si bien hace ya tiempo que se están tomando medidas de protección para que las líneas eléctricas no supongan un peligro para la especie.

Además del número de pollos y de nidos, un fenómeno que también refleja la recuperación de la milana es su capacidad de colonización y la dispersión de su población. Ramos señala que «hace años, la población de milana estaba prácticamente concentrada en el antiguo vertedero de Son Reus, con tan sólo diez parejas identificadas, pues allí podía encontrar de todo para alimentarse».

La milana es una especie nada especializada a la hora de nutrirse. Aprovecha cualquier recurso y su alimentación puede ser extraordinariamente variada. De ahí que, hace años, se concentrara en el vertedero de Son Reus. Con el vertedero clausurado desde hace años, el jefe del Servei de Protecció d’Espècies indica que «actualmente, los agentes de Medi Ambient encuentran ejemplares en el resto de la Isla La especie está llevando a cabo una colonización del territorio y su población se está dispersando. Y este año hemos podido marcar cinco ejemplares con emisores para controlar sus movimientos, conocer sus amenazas y, si es necesario, plantear la posibilidad de crear una Zona de Especial Protección para las Aves».

Finalmente, Ivan Ramos destaca que «ya se han encontrado nidos de milana en zonas periurbanas de algunos pueblos, cuando lo normal es que nidifiquen en pinos de áreas naturales. También han encontrado una fuente de alimentación en los animales atropellados en las carreteras».

Una envergadura de casi dos metros y preferencia por la carroña

La milana es un ave de una dimensión media, de unos 60-66 centímetros de longitud (de los cuales, la cola supone casi la mitad) y una envergadura de 175-195 centímetros. Pese a estas dimensiones, su peso es bastante moderado: normalmente, entre 780 y 1.100 gramos. A la hora de cazar, se decanta por las capturas fáciles: insectos, ratones, aves pequeñas, palomas o conejos enfermos, pero si puede, su preferencia es la carroña.