Sandra Figueredo. | Pere Bota

TW
8

Cinco amigos y varios grupos de whatsapp bien relacionados. Así empieza la historia de cómo, de forma altruista, se han entregado estaciones robóticas con capacidad para realizar hasta 2.400 pruebas diagnósticas PCR diarias a 17 hospitales públicos españoles, entre ellos Son Espases. Sandra Figueredo (Madrid, 1976) es una de las conseguidoras. Ayer visitó el hospital de referencia de la mano de sus principales responsables.

¿Cómo surgió la idea de traer este tipo de robots a España?
— Somos cinco amigos con perfiles de ámbito de conocimiento muy diferente: desde investigadores, ingenieros o en mi caso consultora de asuntos públicos. Tenemos grupos de whatsapp con conversaciones que giran en torno a la tecnología. María Parga nos unió a todos: Javier Colás, Andreu Veá, Rocío Martínez y yo. Cuando llegó la COVID, los laboratorios necesitaban una solución para que las máquinas PCR pudieran utilizar cualquier tipo de fungible y cualquier tipo de reactivo, porque había problemas de suministro. Rocío nos dijo que había una empresa en Estados Unidos con esta solución, Opentrons. Allí diseñaban estas estaciones robotizadas que fabrican en China pero, antes de reservarlas, necesitábamos una autorización por parte del Instituto de Salud Carlos III, una carta de los hospitales diciendo que querían los robots y luego, la financiación.

¿Y una vez conseguido?
— La iniciativa surgió el 13 de marzo, España era entonces una de los principales zonas de contagio. Cuando tuvimos la financiación, desde Opentrons no podían enviar a nadie a instalar los robots, estaba todo el espacio aéreo restringido. Tuvimos que buscar a ingenieros especializados y, para traerlos, necesitábamos aviones propios. Ahí entra Inditex.

¿Cuántas empresas han colaborado en el proyecto?
— (Hace el recuento) Han sido nueve. A medida que dábamos pasos, nos encontrábamos obstáculos que había que resolver. Por una parte lo hacían las administraciones públicas y por otra las empresas. Llamábamos diciendo: «somos cinco personas, queremos traer esta solución a España, déjame el dinero». No era fácil pero lo conseguimos.

Noticias relacionadas

¿Era más sencillo pedir financiarse con las grandes empresas?
— Claro. La administración tendría que hacer una modificación presupuestaria, concursos públicos... Entonces les dije a mis compañeros que había que echar mano de la financiación privada. Por ejemplo necesitábamos comprar ordenadores pero estaba todo cerrado, fue así como llamamos a Apple Europa y nos donaron 36.

¿Cómo se presentaba?
— Redacté el proyecto y a través de mi red de contactos lo ofrecía a empresas que quisieran participar. Conozco la administración y mi hábitat natural es en las empresas. Te conocen, saben que eres una persona seria y confían en ti, que es lo más importante. Inditex tardó como una hora en decirnos: «tenéis 45 aviones en Zaragoza, utilizadlos».

¿Se puede decir que lo habéis resuelto sin salir de casa?
— Exactamente. Los hicimos con 20 horas diarias de trabajo y gracias a la tecnología, con un teléfono y ordenador. Hemos traído 183 robots para 17 hospitales. El coste es de unos siete millones pero nosotros no ganamos nada, lo hicimos por ayudar.

¿Cómo llegó el robot a Son Espases?
— Llegaron a Madrid un domingo por la noche e Inditex propuso llevarlos en camión a Valencia. Al día siguiente salieron en barco. Todo esto desde China, fue como una gincana.

Y terminada la segunda fase, ¿ahora qué?
— Ahora lo siguiente. Andreu Veá investigó con inteligencia artificial cómo hacer un robot para limpiar una habitación de hospital en segundos. Se llama Asun y ya lo hemos probado en el Clínic de Barcelona.