El cartel de 'Se alquila' cuelga desde hace días en la fachada del establecimiento. | Pilar Pellicer

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El cartel de ‘Se alquila’ cuelga de otro local más en el centro de Palma. En esta ocasión le ha tocado a La Fonda de Sóller, frente a la Clínica Rotger. El local, regentado por el chef Rafa Martínez, no ha sufrido el coronavirus sino una subida del precio del alquiler. El proyecto de Martínez llevaba 18 años en funcionamiento y se había curtido en las cocinas más prestigiosas.

Desde la inmobiliaria Privatgest advierten que «se están produciendo muchos movimientos en los locales comerciales, aunque no se terminan de cerrar las operaciones», mientras se sigue multiplicando «la expulsión de los inquilinos» a base de subir los alquileres.

Disparatado

Precisamente en la misma acera de la calle Santiago Russinyol, haciendo esquina con las Ramblas, se encuentra el local que hasta el año pasado acogía al mítico de Longarone. Según ha podido saber este periódico, en la antigua heladería se va a abrir ahora una oficina de Banca March, que se traslada de la calle Olmos.

El cierre de La Fonda de Sóller deja al centro huérfano de cocina mallorquina tradicional, que sigue gentrificándose. Los establecimientos tradicionales sucumben al disparatado alza de los alquileres, sumado a la Covid-19. El tejido comercial y gastronómico de Palma se desgaja y sufre otra pérdida irreparable.

Sa Fonda era un local con encanto. Foto: LA FONDA DE SÓLLER