Diferentes rutas guían a los visitantes por los veinte pueblos de montaña. | Archivo

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Un impulso a la Serra de Tramuntana. Con este objetivo, el Consell de Mallorca y el Consorci Serra de Tramuntana han puesto en marcha una veintena de rutas culturales por el interior y las afueras de los pintorescos pueblos de la Serra para dar una mayor difusión del potencial de los municipios, que forman el conjunto que fue declarado como Patrimonio Mundial por la Unesco en la categoría de Paisaje Cultural en el año 2011.

La tranquilidad, los paisajes típicos de montaña, acantilados, miradores al infinito, jardines de ensueño, grandes possessions antiguas o los pequeños núcleos urbanos escondidos, son algunos de los elementos que se destacan en estas rutas que pretenden dar un nuevo impulso a la Serra de Tramuntana a través del turismo sostenible, responsable e inclusivo.

De esta manera, Andratx, Calvià, Puigpunyent, Palma, Banyalbufar, Esporles, Estellencs, Valldemossa, Deià, Sóller, Fornalutx, Bunyola, Santa Maria del Camí, Alaró, Lloseta, Mancor de la Vall, Selva, Campanet, Escorca y Pollença se han convertido en veinte pequeños centros de interpretación de la Serra y han puesto en valor sus elementos patrimoniales y culturales más relevantes, algunos de ellos desconocidos incluso por los habitantes de Mallorca. Con la edición de folletos de cada localidad y la instalación de totems de gran tamaño, los interesados en realizar alguna de estas rutas tendrán toda la información de primera mano para recorrer los pueblos. No se trata de visitas guiadas, sino de facilitar todos los detalles para que los turistas o los propios residentes conozcan con más profundidad los secretos que encierra la Serra de Tramuntana.

Al igual que Valldemossa, las estrechas y empinadas calles de Deià reciben la visita de turistas la mayor parte del año.

Como no podía ser de otra manera, algunas de estas rutas proponen recorrer los puntos más conocidos de algunos pueblos como Valldemossa o Deià. Las características de estas pequeñas localidades y su historia las han convertido en referentes turísticos por excelencia en Mallorca, con lugares como el mirador de sa Foradada, en Deià, o la visita (casi obligada) a la Cartoixa de Valldemossa y sus jardines. Pero la propuesta de conocer los entresijos de la Serra de Tramuntana va más allá y en estos mismos pueblos también recomiendan calzarse unas buenas botas y adentrarse en la montaña a través, por ejemplo, del camino des Ribassos, que parte del pueblo donde vivió el escritor y autor de la novela histórica Yo, Claudio, Robert Graves .

En Valldemossa también vivieron ilustres personajes como Chopin y pasaron temporadas Rubén Darío, Jorge Luis Borges, Jovellanos y Santiago Rusiñol, entre otros. El recuerdo de estos eruditos traza diferentes excursiones por las callejuelas del pueblo. Pero si los turistas o visitantes prefieren seguir los pasos del archiduque Luis Salvador de Austria pueden recorrer el Puig de sa Moneda, que está dominado por una torre de inspiración árabe que hizo levantar el propio archiduque.

Curiosidades

Otros municipios de la Serra de Tramuntana son menos turísticos, pero esto no significa que su historia sea menos atractiva a los ojos de los visitantes. En este marco se encuentra Alaró. Además de los elementos más importantes del centro del pueblo, como son la iglesia o el casal cultural de Son Tugores, la ruta en este municipio propone una visita al barrio de los Damunts. Se trata de un entresijo de calles ubicadas en la parte alta del pueblo, una zona muy poco conocida por la gente de fuera de la localidad, aunque es el origen de Alaró. En este barrio destaca la plaza que recuerda a Guillem Cabrit y Guillem Bassa, dos personajes que defendieron la fortificación del Castell d’Alaró cuando las tropas catalanas ocuparon Mallorca y que, según cuenta la leyenda, fueron quemados. Su recuerdo está presente en una plaza pequeña y tranquila, que tiene el nombre de Cabrit i Bassa, y en una de las fachadas se encuentra un pequeño altar que recuerda a estos curiosos personajes. Evidentemente, otra de las propuestas culturales lleva hasta el Castell d’Alaró, la espectacular fortificación catalogada como Bien de Interés Cultural que se encuentra en el Puig d’Alaró.

Los ilustres personajes que vivieron en Valldemossa, como Chopin o Rubén Darío, añaden valor al espectacular pueblo, que es visitado por miles de turistas cada año.

Otro municipio que no se encuentra en las guías de viajes pero que encierra un gran encanto es Selva. La fotografía que se presenta a los visitantes cuando se acercan al lugar desde la carretera de Inca es la de un pueblo idílico rodeado de montañas. El recorrido por el interior de la localidad, llena de empinadas calles, lleva a visitar la iglesia de Sant Llorenç o el barrio des Puig, con calles empedradas y escalonadas. Desde el principal pueblo del municipio parten diversas rutas hasta los llogarets de Moscari, Caimari y Binibona.

Subiendo por la carretera de Caimari, los visitantes llegan hasta Lluc, el centro espiritual por excelencia de Mallorca. El santuario preside la plaza dels Pelegrins, desde donde también parte la breve excursión de los Misteris, que fueron construidos en el año 1909 por Joan Rubí y Guillem Reynés con el asesoramiento de Antoni Gaudí.

Otro santuario que se destaca en las rutas culturales de la Serra de Tramuntana es el de Santa Llúcia, ubicado en lo alto de un montículo panorámico en Mancor de la Vall. Antes del siglo XVII fue el lugar de culto de los habitantes de Biniarroi y Mancor y, actualmente, acoge el tradicional pancaritat que se celebra cada año el lunes después de Pascua.

En Campanet también se recomienda la visita al oratorio de Sant Miquel, una pequeña ermita que se encuentra justo al lado de la finca de Gabellí Petit donde, cuando llueve con suficiente intensidad, se puede observar el fenómeno de las Fonts Ufanes, catalogadas como Monumento Natural y una maravilla única en Mallorca en la que los visitantes pueden observar cómo el agua de la lluvia se filtra por las montañas y brota de la tierra.

El mundo del agua y las marjades también centran las excursiones propuestas en los municipios de Estellencs, Esporles y Banyalbufar. Este último municipio es el máximo exponente que muestra el cultivo de regadío sobre marjades de origen islámico. Los bancales que se extienden sobre las laderas de la montaña hasta el mar se han destinado, históricamente, al cultivo de viña, tomates y patatas. El territorio presenta un sistema hidráulico complejo compuesto por tres fuentes principales, unos ciento noventa safareigs y dieciocho kilómetros de acequias y molinos.

De nuevo en el municipio de Escorca, desde la Font Coberta se inicia el camino de ses Creus que lleva, tras una subida al Puig den Galileu, hasta las Cases de Neu, unas edificaciones en las que se depositaba la nieve y se guardaba para los meses de verano. Este sistema se utilizó hasta mediados del siglo XX y, hace unos años, el Consell de Mallorca apostó por su restauración para propiciar su mantenimiento.

Las espectaculares posesiones de Palma, Calvià o Puig punyent, los jardines señoriales de Raixa en Bunyola, el palacio d’Aiamans en Lloseta o el increíble paisaje de Pollença, Sóller o Andratx son otras de las propuestas que se presentan ante los visitantes para adentrarse en la historia de esta parte de Mallorca, que se extiende a lo largo de unos 90 kilómetros, en una franja con una anchura máxima de 15 kilómetros.

El hombre

Todos y cada uno de los elementos que componen las diferentes rutas por los veinte municipios de la Serra de Tramuntana destacan la presencia del hombre durante siglos que ha conseguido aprovechar y hacer rentable y sostenible un paisaje y una orografía complicados. Fue por estos valores por los que la Unesco declaró la Serra de Tramuntana como Patrimonio Mundial en la categoría de Paisaje Cultural, y no por los valores medioambientales, de flora o fauna del conjunto de montañas como se podría pensar.

Con las nuevas rutas, el Consorci de la Serra de Tramuntana y el Consell de Mallorca apuestan por poner en valor todos los elementos significativos y darlos a conocer a turistas y residentes a través de los trípticos que se encuentran en las oficinas turísticas y en los ayuntamientos de cada municipio. También se han instalado totems de grandes dimensiones, mediante los que los interesados se pueden descargar un código QR en sus dispositivos móviles que les redirige a la página web y realizar las excursiones que deseen teniendo toda la información en la palma de la mano. Una información que ha sido elaborada por la profesora universitaria especializada en Historia del Arte Concepció Bauçà; el geógrafo Miquel Àngel Escanelles y el ilustrador y divulgador Vicenç Sastre. Estos tres estudiosos también han editado el libro Rutes Culturals: poble a poble, un ejemplar que amplía la información de los bienes más representativos de la Serra de Tramuntana, una joya que se tiene que conservar.