Corpus ‘online’. A causa del coronavirus, el Bisbat retransmitió la misa del Corpus por su página web, para que los feligreses pudieran seguir el rito desde sus casas. Fotos: TERESA AYUGA

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La Catedral de Mallorca acogió ayer la celebración de un Corpus Christi marcado por los protocolos de la COVID-19. Con un aforo limitado solamente a 400 personas, las 380 que llenaron la Seu fueron testadas por un vigilante de seguridad con un medidor para comprobar si tenían fiebre. En caso de ser así, los fieles no hubieran podido acceder al recinto para participar de la misa.

Ya se sabía que la vistosa procesión que cada año se celebraba en los aledaños de la Seu se iba a llevar a cabo dentro del templo, para cumplir con las medidas de seguridad. En los bancos había pegatinas redondas que señalaban el lugar donde se podían sentar los fieles para cumplir de ese modo con el distanciamiento social.

En su homilía, el obispo de Mallorca, monseñor Sebastià Taltavull, manifestó que «la experiencia de estos meses de coronavirus ha comportado ciertas renuncias a las que no estamos acostumbrados. Nos unimos estrechamente al sentimiento de la eucaristía. Nos unimos para acompañar al que ha quedado sin respaldo para que pueda superar su situación».

Sobre las costumbres de los creyentes no practicantes, Taltavull afirmó: «Me duele que haya gente que no valore y diga que no hace falta la eucaristía. Dicen que es suficiente con ser buenas personas. Es una lástima que se quede aquí la cosa. Pensemos que Jesús espera más de nosotros. Estas actitudes inmaduras implican no haber entendido lo que significa el sacramento, la manera en la que Jesús entra en nuestra vida y está presente entre nosotros».

Como anécdota, una mujer que se dirigía a la misa comentó a otra que andaba con ella: «És estrany això, sense ‘guiris’».