Uno de los soldados, en el acuartelamiento Jaime II, preparando el material. | M. À. Cañellas

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Se les conoce como los ‘bomberos del Ejército’. Pero no asumen este apodo porque sus funciones son más representativas y variopintas. Intervinieron por última vez en la Isla en octubre de 2018 por las inundaciones de Sant Llorenç. Y estos meses han afrontado la ‘Operación Balmis’ en todo el territorio nacional para contener las transmisiones de la COVID-19. «Al principio fue algo confuso, y también difícil, por el desconocimiento del virus, pero ayudar a nuestros mayores en residencias ha sido gratificante». Así lo recuerda el cabo Javier Cañabate, uno de los siete militares del Tercer Batallón de la Unidad Militar de Emergencias (UME), con sede en Bétera (Valencia), que llegaron el pasado martes, 2 de junio, a Mallorca e Ibiza para afrontar, un año más, los incendios forestales de este verano.

El acuartelamiento Jaime II de Mallorca es el asilo temporal de cuatro militares – dos soldados y dos cabos – de esta Unidad hasta el 30 de septiembre. El equipo personal, distribuido entre dos Islas, irá rotando cada tres semanas. Preparan y mantienen el material y los vehículos para una posible actuación. También afrontan la temporada con un horario impredecible: «Estamos disponibles las 24 horas del día», sostiene Cañabate.

El objetivo de este equipo es facilitar un despliegue rápido en caso de un incendio forestal en algunas de las Islas. El compromiso es que en menos de tres horas estén colaborando en la extinción del fuego. Solo intervienen cuando una comunidad autónoma pide su actuación. Si es así, «lo primero que se hace es activar al personal a través de una red de alertas para iniciar la salida».

Palma 11.

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Material

La UME ha dotado el acuartelamiento Jaime II con una sección pesada de vehículos: seis autobombas, una nodriza, un vehículo de telecomunicaciones, dos vehículos ligeros todoterreno, un camión parque y otro tipo de material de apoyo a la lucha contra incendios. Estos efectivos cuentan con distintas misiones durante su estancia en Mallorca, que van en función de las necesidades del momento: reconocen punto de interés –como por ejemplo los acceso a zonas forestales– y se preparan para una posible activación, así como ponen a punto el material y los vehículos. «Esto nos facilitaría acotar el tiempo de respuesta en caso de emergencia».

Este medio ha actuado 14 veces en el archipiélago, de las cuales 11 fueron contra incendios forestales. La costa del Mediterráneo se considera una zona de riesgo, según apunta este cabo. Destaca también el papel de la Comandancia General de Balears en cualquiera de las actuaciones, que a su vez ha desarrollado un Módulo de Emergencias para apoyar a esta Unidad.

El Tercer Batallón mantiene sus objetivos en línea pero definidas, sin duda, por las medidas sanitarias marcadas por las autoridades para prevenir el coronavirus, como es el uso de la mascarilla, mantener la distancia de seguridad y la desinfección constante de todo el material y los vehículos. De esta forma afrontan los incendios en las Islas durante este verano atípico.