José Torres junto a su mujer Cati Roca. | A.M.

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José Torres falleció en Palma el pasado 4 de abril con el brote del nuevo coronavirus a los 84 años de edad. Todo fue muy rápido y no pudo ni despedirse de su mujer Cati Roca, que siente un dolor inmenso.

Su nieto Andrés Munar explica que se contagió en el hospital. Todo comenzó con unos problemas respiratorios; le hicieron las pruebas y dio negativo. Sin embargo, no mejoraba y tuvieron que volver a llamar al médico a los tres días y este decidió enviarlo al hospital para que le hicieran unas placas. Su familia cree que allí se infectó y todo se complicó cuando le dio una embolia pulmonar; a los seis días de haber ingresado en Son Llàtzer falleció.

La mujer de José está desolada porque a su pérdida ha tenido que añadir el hecho de no haber podido despedirse de él. Justo un día antes de fallecer habían organizado una videollamada (le iban a dejar un móvil porque no tenía smartphone), pero José empeoró y no fue posible.

José Torres junto a su mujer Cati
José Torres junto a su mujer Cati Roca.

Tampoco pudo asistir a su entierro, por el temor de su familia a que pudiera contagiarse. La semana pasada le hicieron un funeral, aunque con aforo restringido debido al estado de alarma, por lo que no pudo despedirse de él todo el mundo que deseaba.

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Andrés destaca que José «era un diez». Aunque no era su abuelo de sangre, para él es como si lo fuera y destaca que todos lo adoraban en la familia; llevaba 20 años casado con su abuela.

Imagen dela boda de José y Cati.

Nunca olvidará sus paellas y comidas en El Molinar. «Era muy servicial, nos hacía la comida, ponía y quitaba la mesa», recuerda con nostalgia. Además, destaca que su abuelo nunca se enfadó con nadie.

Palabras de Andrés Munar para su abuelo

«Tu marcha nos deja un gran vacío. Gracias por ser tan buena persona y querernos como si fuéramos de tu sangre, nos has dado una gran lección de bondad. Nunca te olvidaremos».