Cerveza Rosa Blanca ha agradecido a los consumidores que apoyan el pequeño negocio añadiendo botellas sin cargo en pedidos solicitados a distintas iniciativas gastronómicas de Mallorca durante la desescalada. | Rosa Blanca

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Cerveza Rosa Blanca ha agradecido a los consumidores que apoyan el pequeño negocio añadiendo botellas sin cargo en pedidos solicitados a distintas iniciativas gastronómicas de Mallorca durante la desescalada. Entre los participantes de esta iniciativa, destacan, entre otros, el cocinero y ‘arqueólogo gastronómico’ Tomeu Arbona y el reconocido pastisser Lluís Pérez.

Otras iniciativas agrícolas y ganaderas que se han sumado a este proyecto de apoyo a los productores locales son: S’hortet de María, que distribuye sus cajas de verduras a toda Mallorca; Son Mesquidassa, con sus aceites y envinagrats, Son Jover, con quesos artesanales y ecológicos de oveja rotja mallorquina, y Saglà, un espacio gourmet especializado en quesos artesanales que participa con sus dos establecimientos en Palma emplazados en el Mercat de Santa Catalina y en el Mercat de l’Olivar.

Además de esta acción, Rosa Blanca también está decidida en apoyar a los locales de hostelería que tanto han sufrido debido a la situación actual. En este sentido, la marca de cerveza repondrá gratuitamente todos los barriles de cerveza de sus clientes; una cantidad equivalente a 18.150 cañas con la que se pretende ayudar a la reactivación de este sector.

Rosa Blanca

Sobre Rosa Blanca

Los orígenes de Rosa Blanca se remontan a 1851, año en el que se funda la destilería llamada La Rosa Blanca. En 1890 se inició la fabricación de cerveza en el Arrabal de Santa Catalina, siendo la primera industria cervecera mallorquina ubicada dentro del casco urbano de la ciudad. En 1927 se empieza a comercializar ‘La Rosa Blanca’ y se incorpora su dibujo tan característico de una rosa en las etiquetas de las variedades Munich, Bock Balear y Pilsen. En la década de los 50 pasó a denominarse únicamente ‘Rosa Blanca’, época en la que gozó de su máxima presencia y reconocimiento en la isla. A partir de los años 60, con el boom turístico y la entrada de marcas internacionales al mercado balear, la marca empieza a perder poco a poco su presencia hasta desaparecer en 1998. Veinte años después, en 2018, regresa de la mano de Damm.