Manifestación en Palma del pasado ocho de marzo. | Pere Bota

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Durante las semanas más duras de confinamiento en Baleares se produjeron 280 casos de violencia de género, de las que fueron víctimas 223 mujeres. Los datos del Sistema de Seguimiento Integral del Ministerio de Interior reflejan que en los meses de marzo y abril se produjo un goteo de casos, de los que se registraron tres en los que los informes policiales alertaron de situaciones de riesgo también para menores. Sin embargo, ninguno de los nuevos casos incorporados fue calificado como de riesgo extremo y fueron 50 los casos calificados como de «especial relevancia» por la presencia en ellos de menores o de situaciones de vulnerabilidad o riesgo.

De hecho, las denuncias y las situaciones de maltrato detectadas durante los meses de marzo y abril de este año son un 40 por ciento más bajas que las del mismo periodo del año anterior, cuando el sistema incorporó otras 467 alertas. El bajón detectado choca con las previsiones de los primeros días del estado de alarma en los que se temía un aluvión de casos de violencia de género por el encierro forzoso. Los distintos servicios de protección fueron declarados como servicios esenciales, tanto los judiciales como los policiales y de las administraciones públicas.

Fuentes policiales apuntan a dos posibles explicaciones a este descenso: por un lado, la convivencia forzada que puede haber dificultado que las víctimas denuncien. Además, se ha detectado que el descenso se ha concentrado durante los fines de semana, que era precisamente cuando antes se producían más casos. El cierre de locales de ocio nocturno podría ser uno de los motivos de ese descenso. Además, durante todo el estado de alarma han quedado suspendidos muchos regímenes de visitas de parejas divorciadas a sus hijos, otra fuente habitual de conflictos y denuncias en los juzgados.

El Observatorio de Violencia de Género del Poder Judicial alertó al inicio del estado de alarma sobre el encierro obligatorio en el domicilio como un factor que incrementa el riesgo de agresión pero que, al mismo tiempo dificulta la presentación de denuncias por parte de las mujeres. Según los datos que maneja este organismo, el domicilio familiar fue el lugar en el que se produjeron el 83,3% de los casos de asesinato de mujeres a manos de sus parejas o exparejas.

El descenso en las denuncias que han llegado a las fuerzas y cuerpos de seguridad y a los juzgados contrasta con el aumento de consultas relacionadas con violencia de género en el teléfono de atención a las víctimas, el 016. El servicio en línea de este organismo llegó a tener picos en los que las consultas triplicaban a las habituales. En las últimas semanas la reactivación de la actividad ha mantenido el número de casos que llegan a los juzgados.

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En paralelo, lo que sí se ha detectado es que durante el confinamiento más estricto, sí que se produjo un incremento notable de otras formas de violencia doméstica, en las que las víctimas eran padres, hijos o hermanos que convivían con sus familiares y las denuncias por agresiones en esos casos se han disparado.

En total, el sistema de seguimiento de violencia de género mantiene activos en Baleares 2.519 casos que son los que se realiza un control periódico por parte de las autoridades. De todos ellos, la gran mayoría son casos de un nivel de riesgo bajo o no apreciado. Son 232 en los que se considera que existe un riesgo medio, 8 en los que es alto y uno declarado como extremo. La gran mayoría de los casos abiertos son seguidos por Policía Nacional y Guardia Civil. Las locales se encargan de 293 en las Illes.

Casos activos

El descenso de las denuncias en los últimos meses ha rebajado el total de casos activos, una vez que se dan de baja los resueltos y que se termina su recorrido judicial. A 29 de febrero había 74 más en marcha de los que el sistema recoge a 30 de abril, la última fecha de la que proporciona datos el Ministerio del Interior.

Baleares cerró 2019 como la comunidad autónoma con una tasa más alta de mujeres víctimas de violencia de género, muy por encima de la media nacional que es de 67,3, con una ratio de 109,5 víctimas por cada 10.000 mujeres. Le seguía la Comunidad Valenciana, con 90,4, Canarias, con 89,9 y Murcia, con 85,3. En total, todo el año pasado fueron 6.493 las denuncias por violencia de género, lo que supuso un incremento del 21,3 por ciento respecto de 2018, cuando las denuncias fueron 5.352. Las mujeres víctimas de violencia machista fueron 6.315 (incremento del 8,4 por ciento), de las que 2.787 eran extranjeras.