Los maestros y los profesores podrían tener que trabajar en julio para redactar los planes de contingencia de cada centro y preparar el próximo curso. Sobre estas líneas, una empleada en el IES Joan Ramis i Ramis de Maó. | A. Busquets - Gemma Andreu

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Los maestros y los profesores podrían tener que trabajar durante el mes de julio. La propuesta de plan de retorno a la presencialidad para el próximo curso prevé que cada centro educativo elabore durante el mes de julio su propio plan de contingencia, una tarea que presumiblemente supondrá que los docentes –o al menos una parte del colectivo– tengan que acudir al trabajo.

El conseller d’Educació, Martí March, se reunió este viernes con la comunidad educativa para presentarles su propuesta de Plan de Retorno a la presencialidad para el próximo curso. Esta propuesta prevé que una comisión general elabore las instrucciones para el inicio de curso de acuerdo con la nueva normalidad. Las instrucciones deberán definir los distintos posibles escenarios para reanudar las actividades lectivas y establecer pautas de actuación en torno a cuatro ejes: la organización y el funcionamiento de los centros, los aspectos curriculares, de ordenación académica y metodológicos, la digitalización de las escuelas y los servicios complementarios (comedor, etc).

Con el objetivo de diseñar esta previsión se crearán 14 subcomisiones que coordinará un inspector y que estarán integradas por un representante de cada colectivo de la comunidad educativa. El objetivo es que la última semana de junio se haya elaborado y publicado el borrador definitivo definitivo de las instrucciones (generales) a fin de que en julio cada centro redacte su propio plan de contingencia y prepare el próximo curso. Esta previsión es la que llevaría a los docentes a trabajar en julio.

La normativa establece que todos los funcionarios docentes estarán a disposición de la Administración en julio. Fuentes sindicales indicaron que se preguntó a March a cuántos docentes implicarían este trabajo previsto para julio y que desde Educació se dijo que se aclararía una vez las comisiones hubieran finalizado su trabajo. Respecto a este punto, algunos sindicatos –como el STEI o ANPE– advirtieron que en caso de que se modificaran las condiciones sociolaborales de los docentes –y el trabajar en julio lo sería, a su juicio– se tendría que acordar en la Mesa Sectorial.

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Comunidad educativa

La reunión congregó a todos los miembros de la comunidad educativa: administración, familias, asociaciones de directores de todos los niveles educativos, patronal de la concertada, sindicatos, cooperativas, educación infantil, etcétera. El conseller March apeló a la necesidad de trabajar conjuntamente y de forma «muy eficaz» con el objetivo de disponer, a finales de junio, de un documento de instrucciones para el próximo curso.

«Hay que asumir que estamos en una situación excepcional, de emergencia social importante, y la participación de todos es imprescindible para garantizar que comenzaremos el curso con las mejores condiciones», resaltó March. El conseller añadió que hay que trabajar para una máxima escolarización presencial de todo el alumnado a partir de septiembre, pero que también se deben prever los escenarios de la semirpresencialidad y del confinamiento.

Por otra parte, varios sindicatos educativos reprocharon a la Conselleria que no concretara el presupuesto disponble para el próximo curso, algo que a su juicio impedirá a las distintas subcomisiones redactar el Pla de Retorn con la certeza de que se podrá llevar a cabo, dado que no sabrán con qué recursos podrán contar.