Esther, visita a su madre Irene en la residencia geriátrica Icaria, del Barrio de Poble Nou de Barcelona a través de la puerta siguiendo las medidas de seguridad de la Fase 1 de desescalada. | Efe

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Las residencias de ancianos y de discapacitados de Baleares deberán presentar un plan de contingencia a la Conselleria de Salud para poder recibir a nuevos usuarios, ante la situación generada por la COVID-19, y con el objeto de garantizar la seguridad de todos los usuarios.

El equipo de coordinación sociosanitaria formado por directivos de los consells y de las conselleries de Servicios Sociales y Deportes y de Salud y Consumo exigirán a dichas instalaciones la presentación de un plan de contingencia antes de poder recibir a nuevos usuarios, ha detallado este viernes la Conselleria de Salud en un comunicado.

El pasado miércoles, la Conselleria de Asuntos Sociales y Deportes anunció que, a partir del 1 de junio, y siguiendo siempre las indicaciones sanitarias, se permitirán los nuevos ingresos en los servicios sociales de tipo residencial y las viviendas supervisadas para personas mayores, dependientes, con discapacidad o diagnóstico de salud mental.

Salud ha precisado este viernes que el plan que tienen que tener deberá detallar de forma exhaustiva los recursos humanos y materiales de los que dispone la residencia, así como de qué manera está previsto organizar la actividad en zonas diferenciadas para poder aislar a personas con síntomas compatibles con COVID-19 o personas que son casos confirmados, o que han sido contactos estrechos de un caso confirmado, con el fin de ubicar a cada usuario en el área más adecuada según su situación.

Además, a todos los residentes se les realizará una valoración para poder ofrecerles el recurso sanitario más adecuado a cada uno de ellos en caso de descompensación o de infección por SARS-CoV-2.

Cada residente deberá tener un plan actualizado de cuidados que contemple todas las áreas (desde alimentación e hidratación a curas de la piel y prevención de úlceras por presión); movilización y adecuado mantenimiento de la postura; higiene y vestimenta, y el control de diuresis o deposiciones, así como la estimulación del aprendizaje, entretenimiento y ocio.

Las residencias definirán además un plan de comunicación con las familias que les permita conocer el estado del residente, así como que el residente pueda tener también información de su familia y mantener contacto en línea siempre que sea posible.

Las residencias deberán garantizar que las visitas se producen de forma segura, con todas las medidas que recomienda la autoridad sanitaria, como la higiene de manos, el mantenimiento de la distancia de seguridad y el uso de mascarillas.

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Tendrá que haber desinfectantes para las manos en puntos estratégicos en todos los espacios, pañuelos de papel y contenedores de residuos con tapa de apertura con pedal.

Además establecerán circuitos para las visitas y los profesionales, y tendrán un protocolo de desinfección de zonas comunes (comedor, gimnasio, salas de ocio y actividades) y de trabajadores (vestuarios y office).

En cuanto a los recursos humanos, los centros tendrán que indicar los trabajadores de los que disponen por categoría y por turno y la ratio de profesionales y usuarios.

La residencia facilitará que cada trabajador atienda siempre a un número de usuarios y que no se compartan recursos humanos, para evitar al máximo la propagación del virus si existiera un caso.

También es importante reflejar en el plan si hay profesionales trabajando en otros centros sociales o sanitarios a la vez que en la residencia.

Las residencias garantizarán formación adecuada y adaptada a los trabajadores, tanto relacionada con la enfermedad como de seguridad y medidas de protección y EPI, y limpieza.

En el plan de contingencia también comunicarán si los residentes y trabajadores están informados sobre las acciones que se están adoptando para protegerles; si los trabajadores conocen el documento actualizado de «Recomendaciones de prevención y protección en centros sociosanitarios y residencias de personas mayores y discapacidad en la comunidad autónoma de Baleares ante la epidemia de COVID-19» y el informe de valoración y traslado de los residentes, y el circuito de comunicación de casos y contactos.

Las residencias comunicarán sus remanentes de jabón, papel y solución desinfectante; de cubos con pedal, mascarillas quirúrgicas para trabajadores y usuarios, batas y delantales, guantes y protección ocular (gafas y pantallas).

Con toda esta información detallada en el plan de contingencia, el equipo de coordinación sociosanitaria valorará si la residencia puede recibir a usuarios.