Álvaro Middelman posa para este diario antes de la entrevista | M. À. Cañellas

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La cita es atípica, a media tarde en la avenida de un polígono industrial. La agenda de Álvaro Middelman está repleta de visitas para la sede de TC Airlines Balearics S.L., heredera de la división balear de la compañía de Thomas Cook que él fundó y que ahora quiere recuperar con ayuda de capital alemán. Middelman conoce bien el negocio aeronáutico, pero también el turístico; por eso sus opiniones son valiosas en estos tiempos de crisis e incertidumbre.

¿Habrá turismo este año en Baleares? ¿Vendrán turistas ?

—Sí, seguro. El presidente ha dicho que en julio, aunque creo que podría haber sido antes; más complicado es predecir cuántos vendrán.

Por tanto habrá temporada ...

—Creo que será diferente, más corta. Incluso la oferta será diferenciada, distinta a años anteriores, y por supuesto más reducida. Estoy convencido de que no todas las empresas abrirán este verano, y por eso el principal problema será la tasa de desempleo. En este sentido debo decir que el acuerdo del Gobierno sobre la reforma laboral ha sido un error estratégico enorme, ha generado mucha inquietud.

¿Cómo vamos a volar ?

—Pues con mascarilla y mucha prudencia. Plantear la distancia social en los aviones es inviable, las compañías nos haremos cargo de la atención a los pasajeros y desinfectar los aviones en cada escala; también el personal de cabina será muy cauteloso. Dicho esto no veo claro el llamado ‘pasaporte sanitario’, los chequeos tienen que ser en el aeropuerto de origen y no en el destino. Hay que asumir que habrá que ir con mucha más antelación al aeropuerto, basta recordar los cambios que se introdujeron tras los atentados del 11-S; en la situación actual hay que apelar más que nunca a la responsabilidad individual que, visto lo visto, se está diluyendo.

Hay miles de aviones en tierra y muchas compañías afectadas. Esta situación tiene unos costes millonarios ...

—Las compañías aéreas están llegando al límite, los costes de estas estructuras tan grandes les están pasando factura en estos momentos. Ahora se están dando cuenta que ya no les hace falta, por eso las low cost tienen más pulmón. Soy bastante escéptico con las inyecciones de dinero público a estas empresas, dudo que acarreen una reducción de costes y mayor competitividad. Además, hay compañías que han ganado mucho dinero en los últimos años y estas ayudas públicas hacen daño a quienes han estado haciendo los deberes; en este sentido entiendo la indignación del presidente de Ryanair.

¿El futuro de los viajes está en las ‘low cost’?

—Quedan por delante dos años difíciles y considero que la situación más crítica está en la larga distancia. No podemos olvidar que el consumidor lo está pasando mal, la crisis pasará factura. La recuperación la veo a partir del 2021 y en este sentido Balears está en una posición envidiable. Aquí se ha gestionado bien todo el tema del virus, por eso es posible incluso un repunte del turismo familiar; se trata de hacer bien la cosas. No obstante, debo decir que plantear la actual cuarentena a los viajeros es irresponsable y tiene un impacto negativo brutal en el exterior, igual que las declaraciones del ministro Garzón contra el turismo; le descalifican como político.

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Su última aventura es TC Airlines Balearics S.L.

—Un inversor alemán ha decido levantar la filiar balear de Thomas Cook, que presisamente fundé y se encontraba en concurso de acreedores. Juan Manuel Vallejo es el gerente y contamos con un equipo extraordinario. De momento disponemos de dos aviones y vamos a operar para terceros en cualquier modalidad. Es una experiencia que me permitirá volver a ver muchas caras conocidas de este mundo, no le oculto que estoy muy ilusionado.

¿También percibe que hay ganas de viajar?

—Es cierto, pero, insisto, el problema es que no se sabe cuánta gente podrá hacerlo; la crisis modificará las prioridades de la gente.

¿Caerán las grandes compañías aéreas?

—Más que caer, esta situación pondrá a prueba la calidad de sus directivos. El escenario en el que nos encontramos era inimaginable y nos ha superado a todos. La economía sólo se levantará con la inversión, también en el sector público, y no con subvenciones y subsidios. La gente lo que quiere es trabajar.

Hay operaciones muy importantes que pueden haber quedado comprometidas ...

—Ya veremos qué pasa. Norwegian se ha salvando reconvirtiendo su deuda en acciones, algo que es una buena solución. En todos estos procesos lo importante es creer en el proyecto para encontrar fórmulas que permitan salvar estas empresas, y hay que ser creativos a pesar de que ahora no hay perspectivas positivas.

¿La situación económica de España es peor que en el resto de la UE?

—Estamos como Italia, aunque ellos con un sector industrial más potente; esta es la ventaja de Alemania o Austria. Aquí no hemos aprovechado el ‘petróleo turístico’ para invertir en I+D, esto es un problema; tendríamos que destinar más recursos a la investigación.

Usted fue presidente del Fomento del Turismo ...

—En Baleares no hemos sido capaces de reflexionar de manera desinteresada sobre qué modelo turístico queremos para los próximos quince años, sólo nos preocupa que se llenen los hoteles. ¿Es lo que queremos? Pienso que es el momento de comprometer a los hoteleros en la defensa del medio ambiente de las Islas, aunque el primero debería ser la propia Administración garantizando, por ejemplo, una correcta depuración de las aguas. Esto es lo que nos puede diferenciar frente a otros destinos turísticos que son nuestros competidores.