Una lectora hojea un ejemplar de 'Ultima Hora'. | Jaume Morey

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El papel y el virus más famoso de la década se odian. No son compatibles. Es un hecho constatado recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha quebrado de cuajo con un bulo que se había extendido en ciertos ámbitos. La realidad es que el riesgo de transmisión de la COVID-19 por el papel impreso es «infinitamente insignificante» —imposible—, por lo que el hábito de coger un periódico para leerlo u hojearlo por una o varias personas, ya sea en casa o en un establecimiento público, es seguro y no puede ser causa de contagio.

El anuncio de la OMS ha sido corroborado por los principales institutos científicos y virólogos de referencia internacional. Todos han concluido que la exposición al coronavirus a través del papel de periódico es «prácticamente inexistente» y que el contacto con los diarios es seguro.

El contagio se produce principalmente por vía aérea y en el caso de las superficies porosas, como el papel, es casi utópico, de ahí que el consumo de un periódico por una o varias personas es una práctica tan extendida como segura. Además de un placer enormemente arraigado entre la sociedad y una de las plataformas más fiables para estar informado de forma rigurosa.

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En una nota emitida por la AMI (Asociación de Medios de Información), se hace referencia a un estudio del virólogo noruego George Lomonossof, uno de los mayores expertos sobre el virus que trabaja en una vacuna en el Centro de Investigación Microbiótica John Innes. «Los periódicos son bastantes estériles debido a la forma en que se imprimen y el proceso de producción por el que pasa», subraya el científico.

En la misma línea se manifiesta la OMS: «La probabilidad de que una persona infectada contamine productos comerciales es baja y el riesgo de contraer el virus que causa la COVID-19 por un paquete que se ha movido, viajado y expuesto a diferentes condiciones y temperaturas también es bajo».

La Asociación Internacional de Medios de Información (INMA) cita como fuentes a la revista científica Journal of Hospital Infection, al National Institute of Allergy and Infectious Diseases de EE UU y al John Innes Center para explicar que «nunca ha habido un incidente documentado en el que el virus haya sido transmitido por un periódico, revista, carta impresa, o paquete, según los principales expertos del mundo».

Otro aspecto a tener en cuenta son las precauciones adicionales que han adoptado los editores y la cadena logística, tanto en las plantas de impresión como en el posterior proceso de distribución de los periódicos.