Los lémures son los animales que más visitantes reúnen. | Pilar Pellicer

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En la Fundación Natura Parc se respira un aire limpio. Acostumbrados a ver la entrada a rebosar de gente, la imagen que deja ahora es la de una hilera de hojas caídas sin recoger y unas gallinas paseando en libertad. Solo se escucha el carreteo de los guacamayos, el chillido de los primates o el rugido de los dos tigres sin sus asiduos visitantes. Lo mismo sucede con los lémures, la alegría de los pequeños. Los cerca de 3.000 animales que habitan en esta área natural siguen confinados desde el pasado 12 de marzo, a la espera de que el parque pueda volver, pronto, a la normalidad.

El director de la Fundación, Mariano Mas, se muestra preocupado por la situación. «El Gobierno no ha dado todavía unas directrices claras sobre la apertura de este sector». De momento, están valorando medidas de prevención cuando la actividad arranque, como que el circuito para visitar los animales sea de un único sentido o poner marcas de distanciamiento. Mariano no ve clara la información institucional, pero prevé que hasta mediados de junio no podrán volver a la normalidad.

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Son tiempos difíciles para este parque, la alma máter de la empresa. Alimentar a esta fauna animal supone 14.000 euros mensuales – entre los 12.000 animales que entran y salen de aquí cada año –. Desde marzo no reciben ningún tipo de ingreso. «Valoramos unas pérdidas de 250.000 euros acumulados por esta crisis», reconoce. La Fundación también se ha visto obligada a aplicar un ERTE. «De los 80 empleados, unos 50 siguen trabajando. Entre ellos, los 16 cuidadores del parque. Dedican la jornada a alimentar a los animales dos veces al día.

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Aunque, según Mas, no se ha percibido un cambio en el comportamiento de estas criaturas, sí que es cierto que hay alguna clase de mamífero y psitácido que «no reconoce a sus cuidadores con guantes y mascarilla». Durante el paseo por Natura Parc, los animales se observan aburridos, quietos y atentos a los movimientos de los pocos humanos que ven desde el inicio del confinamiento.

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La temporada fuerte abarca los meses de primavera. Sin embargo, ya está perdida. «La Semana Santa nos iba a reportar el 20 % de nuestros ingresos entre excursiones y actividades escolares y las visitas del Imserso», sostiene Mas. El mantenimiento también es otra de las prioridades de los trabajadores ahora que la tranquilidad lo permite, aunque ha sido difícil conseguir material en las grandes superficies. Algunos departamentos mantienen todavía su actividad habitual «por ser trabajos que no se pueden interrumpir», como es el seguimiento de las águilas ya que están en época de cría.

Los centros de recuperación y rescate, en activo

Otros de los pilares de la Fundación Natura Parc son el Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre, operativa las 24 horas y que gestiona la recogida de todos aquellos individuos de especies silvestres con problemas; y el Centro de Rescate de Especies CITES, que gestiona los animales protegidos que requieren documentación. Muchos han sido incautados de operaciones policiales.