Las muestras de carillo del personal sanitario ayuda a los enfermos y a sus familiares en estos momentos tan difíciles, en los que el aislamiento es obligatorio para evitar contagios. | M. À. Cañellas

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El brote de coronavirus se está cebando con dureza con todas los enfermos y sus familiares, ya que al ser tan contagioso las autoridades han impuesto el aislamiento. Esto provoca que los pacientes graves no puedan estar acompañados de sus seres queridos y que las familias no puedan despedir a sus difuntos.

El Govern es consciente del daño que causa todo ello y permitirá que los familiares puedan ver a los enfermos más graves con coronavirus o despedirse de ellos en caso de que mueran. En algunos casos excepcionales ya se han permitido estas visitas.

La subdirectora de Humanización, Atención al Usuario y Formación del IB-Salut, Rosa Duro, explica que «en todos los hospitales se han desarrollado protocolos para el alivio de síntomas, el acompañamiento y despedida en situación de últimos días de pacientes con coronavirus».

Además, destaca que «tenemos un documento de consenso entre profesionales de equipos específicos de cuidados paliativos de Baleares, de recomendaciones de actuación en casos de personas con coronavirus con necesidades de atención paliativa, tanto para los hospitales como para personas en la comunidad».

En este sentido, precisa que «en situación de últimos días se permiten las visitas de familiares, según los protocolos de cada centro. En el momento de la despedida tienen en común que ofrecen la posibilidad de acompañamiento al paciente por un familiar».

Duro explica que «minimizan los riesgos de transmisión de la enfermedad, tanto para ellos como para los profesionales sanitarios» y se explican las medidas tomadas para aliviar los síntomas, «asegurando que el paciente no sufre», y se contesta a todas las dudas que puedan surgir.

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Tras la muerte del enfermo con coronavirus, se permite la visita de un familiar durante 15 minutos. Duro destaca que «los profesionales sanitarios están haciendo un gran trabajo de acompañamiento en esta crisis. Estando presentes y al lado de las personas, sustituyendo en ocasiones el cuidado y cariño que ofrecería el familiar». Los protocolos incluyen ayudas sobre habilidades en comunicación malas noticias.

La subdirectora de Humanización, Atención al Usuario y Formación del IB-Salut expone que «en todos los hospitales hay iniciativas de comunicación con los familiares a través de videollamadas, que pueden ser de gran ayuda, cuando las condiciones lo permiten».

Duro reconoce que el aislamiento al que obliga la COVID-19 «puede provocar gran sufrimiento emocional y soledad. El alivio del sufrimiento al final de la vida es un derecho humano, de ahí la necesidad de que lo abordemos desde el ámbito sanitario».

En todos los hospitales de Baleares hay un servicio de atención psicológica a las familias, que se está haciendo mayoritariamente de forma telefónica. También hay iniciativas del colegio de psicólogos y del Govern de atención al duelo, y prevención del duelo patológico.

«En estas situaciones los familiares tienen diversas emociones como miedo, rabia, culpa, … y necesitan ser escuchados. A través de la escucha activa se atienden estas emociones, y se validan», señala Duro.

«Lo que las personas quieren cuando muere un familiar es estar a su lado. En la situación que estamos viviendo, debido a la gran incertidumbre que genera esta enfermedad y al riesgo de contagio, muchas personas tienen miedo. En caso de no haber estado presente, necesitan sentir que su familiar no ha estado solo, y que se ha hecho lo necesario para aliviar sus síntomas y no ha sufrido. Saber que los profesionales han estado al lado de su familiar en los últimos momentos, si ellos no han podido, les reconforta», argumenta.

Los profesionales sanitarios también se están viendo afectados a nivel emocional y en todos los hospitales se ha implementado servicio telefónico para cuidar su salud psicológica, coordinado por la Oficina de salud mental de Baleares.