Astilleros Mallorca es una de las empresas más afectadas. | Jaume Morey

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El sector industrial de reparación y mantenimiento de yates de lujo y buques es uno de los más afectados por la paralización de trabajos en los últimos quince días por el real decreto de actividades no esenciales a consecuencia del estado de alarma por el coronavirus.

El consejero delegado de Astilleros Mallorca, Diego Colón de Carvajal, afirma que «la previsión de trabajo del varadero ha quedado distorsionada y va a provocar que se reduzca la producción un 70 %».

Afirma que antes de la declaración del estado de alarma «muchos especialistas nuestros de Alemania o el Reino Unido, así como personal procedente de la Península, fueron a sus casas y ahora se han encontrado con que no pueden regresar hasta que no finalice el estado de alarma. Todo esto afecta a la producción y al volumen de negocio, por suerte los clientes entienden que se trata de una causa de fuerza mayor y solo esperamos que la normalidad vuelva lo antes posible».

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Para el consejero delegado de Servicios Técnicos Portuarios (STP), José María Campuzano, «la situación se puede calificar de desastre general, porque afecta a todos los sectores relacionados con la reparación de embarcaciones y ello repercutirá en que no se podrán cumplir en fecha los pedidos de los clientes».

El volumen de trabajo perdido es cuantioso, de ahí que las previsiones de pérdida económica o caída en picado de los ingresos es que cada día que ha estado vigente el real decreto «se ha perdido, como mínimo, más de un millón de euros de facturación en nuestro sector», indican empresas del sector náutico.

Tanto Colón de Carvajal como Campuzano coinciden en señalar que al ser una cuestión generalizada en todos los países europeos «la temporada de reparación de yates se va a alargar unos meses, pero se perderá el efecto desestacionalizador que tiene esta industria en el conjunto de la economía de las Islas».