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Francisco Bonnín pasea por la calle de camino a su casa en un Domingo de Pascua nunca visto hasta ahora. Vive cerca de la catedral y, mientras sujeta a su perro, comenta qué diferente se ve todo con respecto a otros años, con las inmediaciones de la Seu de Mallorca llena de fieles, de curiosos y de policías con motivo de la asistencia de los reyes Felipe y Letizia con sus hijas a la misa de la catedral. Este año no hay Reyes ni curiosos ni fieles; ha habido una misa solitaria oficiada por el obispo Sebastià Taltavull, con una potente imagen del religioso bendiciendo bancos vacíos. Este domingo no hubo ni procesión ni curiosos en las puertas del edificio religioso. De todo aquello tan habitual otros años, solo quedan los policías patrullando para controlar, paradójicamente, que no haya ni fieles ni curiosos ni siquiera Reyes, y para comprobar que nadie se salta el confinamiento. Era un día primaveral y festivo y, por ello, una jornada propicia para salir a dar un paseo o para darse un baño en las aguas de un mar tan cristalino como hacía años que no se veía.

El obispo bendice bancos vacíos

Cerca de la catedral, en las inmediaciones de la Plaça Major, los policías se paran para hacer un control. Hasta la fecha han realizado miles de identificaciones para vigilar que los ciudadanos se quedan en su casa y que nadie se salta el confinamiento. En esta ocasión, a pesar del numeroso despliegue, todo acaba en una advertencia. Casi se topan con un grupo de militares que sale de comprobar que todo se desarrolla sin problemas en un supermercado de la zona nueva de Canamunt.

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Quien no se ha saltado el confinamiento es una de las habituales de los oficios religiosos de estos días. Catalina Cirer, consellera del PP en el Consell de Mallorca, es cofrade de la Santa Faz y es la primera vez en su vida que no ha podido participar en las procesiones de Semana Santa. Ella y su familia iban a todas, empezando por el Domingo de Ramos y acabando con la del pasado domingo, pero este año ha sido diferente.

Este domingo colgó un lazo blanco en el balcón de su casa a sugerencia de la Comunitat de Cristians de la Serra d’Alfàbia. El Domingo de Ramos colgó una rama, el Jueves Santo sacó una vela y el pasado Viernes Santo puso un crucifijo. El domingo vio la misa por televisión y después comió panades y frit en la intimidad de su familia más cercana. No ha posibilidad de hacer comidas más numerosas en estos momentos tan complicados.

Eduardo Ribas Sevilla también se quedó por primera vez en su vida sin ir a la Processó de l’Encontre en la iglesia de Santa Eulàlia. Ha participado en este oficio religioso desde que nació y en los últimos años, junto con su hermano Eduardo y con Fernando Truyols Juan Sentmenat, era uno de los portadores de la imagen que tradicionalmente llevan unas familias concretas del casco histórico de Palma. Como Cirer, también vio la misa por televisión, aunque en su caso eligió la del Papa en el Vaticano. Espera poder volver a Santa Eulàlia el año que viene.